La comunidad de montes de San Vicente de Nogueira (Meis) celebró el sábado por la noche una asamblea que resultó más tensa de lo habitual. El asunto que había que abordar era si los vecinos aceptaban o no la firma de un contrato de alquiler de terrenos con una empresa que quiere construir un parque acuático y de ocio en una vieja cantera abandonada de Penente. El debate se prolongó hasta medianoche -desde las 21.00 horas-, y al final se acordó que la comunidad de montes propondrá a los inversores una serie de mejoras en el contrato que les mostraron ellos. Si la empresa acepta estas sugerencias, se firmará la cesión. En caso contrario, la comunidad de montes tendrá que convocar una vez más a la parroquia para exponerles la situación y votar de nuevo.
La reunión fue tensa porque las opiniones están muy encontradas, si bien el sentir mayoritario es favorable al proyecto. Por un lado, los partidarios de firmar el contrato para el parque acuático sostienen que generará un movimiento económico importante -los comuneros cobrarían 20.000 euros anuales por la cesión del terreno-, extrapolable al resto del municipio. Aluden también a los empleos que se crearían.
Los detractores, por su parte, se localizan sobre todo en la aldea de Penente, principalmente entre las familias cuyas casas están más próximas al área forestal que la empresa pretende transformar a golpe de pala. Temen, en primer lugar, que los movimientos de tierras y la extracción de la piedra puedan provocar vibraciones y grietas en sus viviendas. El segundo aspecto que les preocupa es el agua, dado que un parque acuático consume cantidades ingentes de líquido, y el contrato contempla que la empresa podrá realizar prospecciones en la parcela de monte alquilada en busca de agua. Algunos vecinos temen que esto afecte a los manantiales de los que se abastecen ellos.
Así las cosas, y después de tres horas de debate, la mayoría de los comuneros de montes de San Vicente han mostrado su conformidad con el proyecto, pero siempre y cuando los inversores acepten una serie de condiciones. Una de las más importantes es que la firma cubra con vecinos de San Vicente de Nogueira los puestos de trabajo que puedan ser desempeñados por estos. Se trata, por ejemplo, de una fórmula que ya se ha ensayado en el campo de golf de Meis, en favor de los vecinos de Silván.
Otra de las condiciones que han planteado los vecinos de San Vicente es que la firma les abone una fianza económica previa a la primera anualidad. Asimismo, algunos comuneros temen que si el proyecto no resulta rentable que la empresa intente dejarlo en manos de cualquiera, y para evitar disgustos quieren que si el negocio se va a trasladar, la firma se lo comunique previamente a la comunidad.
La propuesta pasa porque los comuneros cedan unos 70.000 metros cuadrados de terreno forestal, a cambio de 20.000 euros anuales. La cesión sería por 30 años -el máximo que deja la ley, que impide la venta de terrenos comunales-, aunque prorrogables por periodos de cinco. En febrero de hace un año, el pleno del Concello aprobó el Plan Especial, que permite cambiar la calificación urbanística del suelo. Lo hizo para una parcela de 102.500 metros cuadrados, de los cuales 18.000 serían para granja-escuela y otros 62.000 para el parque acuático en sí.
Además de toboganes y piscinas, el proyecto inicial contempla un restaurante o una zona de acampada. Los comuneros ya aprobaron la cesión en 2009, pero nunca se llegó a firmar ante notario.