El viñedo atraviesa un momento sensible, tanto por las condiciones meteorológicas registradas en semanas pasadas como por el consiguiente desarrollo de plagas o enfermedades, que pueden mermar e incluso arruinar por completo la cosecha, si no se tratan convenientemente. El riesgo es mayor por el hecho de encontrarse las plantas en plena floración, en muchos casos ya con racimos visibles, pues como indican los técnicos "las adversas condiciones meteorológicas en un momento tan delicado como la floración pueden afectar directamente al cuajado de las uvas", dando lugar a lo que se conoce como corrimiento de la flor.

De ahí que la Denominación de Origen Rías Baixas, la Estación Experimental de Viticultura y Enología de Ribadumia (Evega), la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) y las propias bodegas no dejen de lanzar avisos y recomendaciones, ya sea para que se apliquen tratamientos fitopatológicos o para adoptar medidas culturales, como la poda en verde, la eliminación de capa vegetal y similares.

En este contexto el sector debe permanecer especialmente atento a al aludido corrimiento de la flor, ya que "puede afectar a la tasa de cuajado de las uvas".

Así lo resaltan desde Rías Baixas y la Evega, que a modo de recomendación difunden detallada información que permite detectar este episodio y recomienda cómo actuar.

Cabe tener presente que el corrimiento de la flor está directamente vinculado a la actual fase de floración y cuajado de las uvas, cuando "los racimos se abren para realizar la fecundación y constituir la baya de uva".

De este modo "cuando las tasas de fecundación y cuajado de las bayas es bajo" se genera eso que se llama corrimiento de la flor, y esto es tanto como decir que "cuando el cuajado se produce en un pequeño porcentaje, a causa de una floración y fecundación deficientes, la merma de la cosecha puede ser elevada".

En la Denominación de Origen Rías Baixas, que además de desplegar una labor de control y certificación de calidad a través de su Consello Regulador se ocupa de la promoción del producto y mantiene informado al sector, buscando con ello una creciente profesionalización, inciden en este último aspecto, precisamente, impulsando y divulgando todo tipo de proyectos o acciones de investigación.

Es en ese marco en el que se encuadran estas reflexiones sobre el corrimiento de la flor, indicándose que "uno de los factores clave son las precipitaciones que se puedan producir durante la floración, sobre todo si son de carácter intenso".

Siguiendo esas mismas recomendaciones, los viticultores tienen una serie de mecanismos a su alcance para minimizar los daños. Y en ellos insiste la Evega. Son los siguientes:

| Poda. Para desplegar con efectividad esta técnica en la lucha contra el corrimiento de la flor se recomienda "la selección de los sarmientos en el momento de la poda de invierno con diámetros medios, pues los más vigorosos son más propensos, al igual que los demasiado delgados".

| Conducción de viñedo. En este caso "se debe garantizar un buen equilibrio nutricional, sin excesos ni carencias". Los técnicos de la Evega detallan que "si se detecta una falta de nutrientes, como fósforo, hierro o boro también se puede acudir a la aplicación de abono específico antes de la floración, mientras que en los viñedos con poco vigor también se puede favorecer el cuajado con la aplicación de aminoácidos".

| Retrasar la poda. Otra posibilidad, dicen que "en viñedos con exceso de vigor, se puede retrasar la época de poda para que los lloros reduzcan dicho vigor".

Desde la Evega y Rías Baixas sostienen que "al retrasarse el momento de la brotación también se desplaza la fase de la floración a una época con mayor probabilidad de mejores temperaturas y menores precipitaciones".

| Reducción del vigor. Respecto a esto los especialistas sostienen que "en viñedos con densidades de vegetación elevadas por exceso de vigor, el desnietado o proceso de eliminación de brotes sobrantes en la cepa, favorece una mejor ventilación y cuajado de los racimos".

| Reducir la humedad. Como se explicaba al principio es fundamental mantener controlado el manto vegetal. Desde Rías Baixas y la Evega inciden en que resulta más que recomendable "que en el momento de la floración y el cuajado se deje el suelo libre de hierba o recientemente segada", pues de este modo "se consigue no aumentar el grado de humedad en el microclima de la parcela".