En pleno debate sobre la situación del caladero de sardina de Portugal y Galicia, desde la Unión Europea se llegó a poner sobre la mesa una eventual veda de 15 años. Ante semejante panorama, la flota dio por buenos los 1.000 kilos semanales hasta junio que, si bien suponían un recorte drástico con respecto a lo que pescaban en años anteriores, por lo menos les permitiría trabajar un año más sin la espada de Damocles de la veda sobre sus cabezas. Pero esta situación ha propiciado que la sardina se convierta en una rara avis en las plazas de abastos, al menos en las arousanas.

En Cambados, por ejemplo, ayer era día de mercado y aún así solo había unos pocos kilos de esta especie en los mostradores de un puñado de pescantinas. Se vendía a ocho euros el kilo, y había tan poca que a la una de la tarde ya no quedaba una pieza en toda la plaza. En Vilagarcía, mientras, también era día de mercado, y la sardina se estaba vendiendo a entre cuatro y seis euros el kilo.

Un pescadero señalaba que aunque no abundase demasiado en las plazas, la sardina todavía no había experimentando el alza de precios de otros años en las vísperas de San Juan, "porque con tiempo lluvioso a la gente no le apetece tanto". En años precedentes, este pescado azul llegó a costar 20 euros el kilo en la plaza de abastos de Vilagarcía en San Juan o en los días inmediatamente anteriores.

Caladero en buen estado

Las estadísticas oficiales de la Consellería do Mar de ventas en lonjas son elocuentes. En lo que va de año se descargaron en los puertos gallegos unos 215.000 kilos, frente a los más de 816.000 del año anterior. A una distancia sideral quedan los casi 3 millones de kilos vendidos en 2014, o los siete de 2006.

A nivel local, esta tónica se mantiene, dado que en la lonja de Cambados se vendieron hasta ahora desde el comienzo de la costera unas ocho toneladas, cuando en el mismo periodo de 2017 habían sido casi 40, y en los primeros cinco meses de 2016, más de 63.

Pero el presidente de la Asociación de Armadores do Cerco de Galicia (Acerga), José Blanco matiza que hay que tomar con mucha cautela los datos de la Xunta, ya que según él no responden a la realidad. "Hay sardina, e incluso hay más que el año pasado. Lo que pasa es que otros años empezábamos la campaña con 3.000 kilos a la semana por barco, y este año solo nos dieron 1.000".

Por ello, quiere dejar claro que el hecho de que la sardina no abunde estos días en las pescaderías no se debe a que escasee el recurso -como teme la Unión Europea-, sino a un cupo que la organización que él preside considera muy restrictivo. "Las estadísticas de la Xunta y que no se vea mucha sardina en los mercados no refleja la realidad del mar", agrega.

Blanco aduce que los temores de los técnicos de la Unión Europea eran infundadas, y que de hecho tienen conocimiento extraoficial de un estudio del Instituto Oceanográfico Español, con sede en Vigo, según el cual "la plataforma se recuperó".

A este respecto, alega que los consumidores pronto notarán que no hay carestía de esta especie, considerada la reina de los pescados azules. Y es que, con la llegada del mes de junio, los barcos pueden pescar ya ahora seis toneladas a la semana. Esta es la misma cifra que la de las costeras pasadas, por lo que Blanco vaticina que los resultados en el segundo semestre del año serán muy parecidos a los del mismo periodo temporal de los años anteriores. Eso sí, el presidente de Acerga admite que sí hay preocupación, "porque sí es cierto que se ve poco pescado pequeño".

El presidente del colectivo de armadores del cerco también avanza que a partir de la próxima semanas varios inspectores del Gobierno central se embarcarán en buques del cerco para conocer de primera mano el estado del caladero.