El Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa), en A Illa, que ayudó a salvar a seis lobos marinos en apuros desde 2013, se ocupa actualmente de la recuperación de su primera tortuga. Sigue así los pasos de Acuario O Grove, donde a lo largo de las dos últimas décadas también se cuidaron ejemplares de esta especie antes de ser devueltos a la vida salvaje.

Queda claro que la Xunta de Galicia y la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), que colaboran a través de la Red de Varamientos desde 2013, encuentran en Arousa instalaciones adecuadas para este tipo de acciones, salvando así animales que acaban varados en la costa, que están gravemente enfermos o heridos e incluso, como es el caso de esta última tortuga, atrapados por las redes de pesca.

Este último ejemplar de tortuga boba se llama "Antares" y en cuestión de días se adaptará a las condiciones marinas de la ría, donde será liberada para que pueda continuar su camino hacia el Caribe.

El duro invierno de 2014

Sigue los pasos de otras como "James Bond", que se recuperó en el Acuario O Grove tras varar en febrero de 2014 en la costa de Bueu.

Aquel invierno, caracterizado por los constantes temporales, habían llegado a las costas gallegas una decena de tortugas de diferentes especies, cinco de las cuales fallecieron en las primeras y decisivas horas.

Las restantes, aún presentando un estado de salud muy precario, se recuperaron gracias a los cuidados recibidos por la Cemma y demás implicados en la Red de Varamientos.

Junto a "James Bond", liberada en verano de 2014, hay que recordar nombres como los de "Rostro", otra tortuga boba que había llegado herida a Galicia, con laceraciones en las patas causadas por los aparejos de pesca y una grave estrangulación de la aleta anterior izquierda provocada por un sedal.

Colaboración de Portugal

En 2015 fue mimada y sometida a todo tipo de cuidados en las instalaciones zoológicas de Punta Moreiras, antes de recuperar la libertad provista de un transmisor que, gracias a la colaboración del Centro de Recuperación de la Fauna Marina de Figueira da Foz (Portugal), dependiente de la Sociedad Portuguesa para la Vida Salvaje, permitió seguir su rumbo.

Cuando había recorrido ya alrededor de 1.500 kilómetros, acercándose al archipiélago de las Azores, el estanque que había ocupado en el acuario meco ya estaba ocupado por otra paciente, la tortuga "Eduma".

En 2016 fue el turno de La tortuga "Ladeira", devuelta al mar a diez millas de O Grove cuatro meses después de que fuera recogida en la playa de Ladeira, en Corrubedo (Ribeira), cuando estaba inmóvil y casi muerta. Con 21 centímetros de longitud y 499 gramos de peso era el segundo ejemplar más pequeño recuperado en Galicia hasta aquel momento.

La UCI de Nigrán

En O Grove "Ladeira" ganó 300 gramos de peso, movilidad y capacidad de sumergirse en el agua. La primera fase de rehabilitación, como suele suceder en estos casos, tuvo lugar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Cemma en Nigrán.

La segunda fase transcurría en el Acuario O Grove, donde "Ladeira" compartió espacio con otras especies adaptándose a las condiciones del medio natural.

El hueco que "Ladeira" dejó en el Acuario O Grove fue cubierto en 2017 por la tortuga "Beo", encontrada gravemente herida y enferma, con evidentes síntomas de deshidratación y desnutrición en una playa del Concello de Malpica.

Medio Ambiente

Carecía de la aleta pectoral derecha, pero gracias a los cuidados recibidos alcanzó 1,70 kilos y 25 centímetros, un peso y un tamaño apropiados para volver a nadar y bucear en las aguas atlánticas.

La recuperación de "Beo", como sucede ahora con "Antares", ha sido posible "en el marco del convenio de colaboración entre la Consellería de Medio Ambiente y la Cemma para la atención y recuperación de estos animales que, con frecuencia, varan en la costa gallega", insisten en la Xunta.

El mismo que en el año 2013 permitió recuperar en el Igafa de A Illa, dependiente de la Consellería do Mar, al lobo marino "Orzán", haciendo lo propio en 2014 con "Raciño", en 2016 con Camelle, en 2017 con "Lucero" y este mismo año con "Luis Muxía" y "Guardesiña".

Podrían citarse otros muchos nombres de tortugas y focas recuperados en Arousa, a pesar de que jamás se instaló en esta ría el hospital para el cuidado de estos animales que llegó a plantearse hace años.