De la Casa del Mar no nos moverán. Este podría ser el lema del club de jubilados que lleva funcionando más de cincuenta años en la avenida de A Mariña, donde los mayores disfrutan de las tardes en compañía y con alternativas de ocio. La Tesorería General de la Seguridad Social quiere acometer una reforma integral -y millonaria- del edificio, pero los pensionistas que ocupan el bajo del inmueble se niegan a abandonarlo sin una reubicación "digna" (la Xunta les ofrece el centro social de O Ramal pero ellos lo rechazan).

Así, jubilados y administración llevan meses sin llegar a un acuerdo, lo que impide adjudicar y empezar las obras, que acumulan un notable retraso (el ISM ya desalojó el edificio en agosto de 2017). Pero ayer el conflicto dio un paso de gigante, pues unos obreros comenzaron a vallar todo el perímetro del edificio, incluido el aparcamiento trasero que utilizaban los pensionistas. "Pusieron un candado nuevo y bloquearon el que habíamos puesto nosotros", se queja el presidente del colectivo, José Cao.

El director provincial del ISM, Carmelo Castro, asegura que el vallado de la edificación responde exclusivamente a razones de seguridad, "no tiene nada que ver con la obra". Explica que un informe técnico concluye que existe "un peligro real de desprendimientos" por los problemas de estructura del edificio y añade que quieren impedir la entrada de transeúntes.

La empresa contratada para los trabajos colocó los postes por la mañana y por la tarde puso la valla metálica. Los operarios pudieron instalar la verja en todo el perímetro a excepción de la entrada al local social del club de jubilados, pues un grupo de socios cogieron unas sillas y protagonizaron una "sentada" para impedir la prohibición de acceso a su sede. No hubo ningún tipo de enfrentamiento y la movilización de los pensionistas logró frenar la colocación de la valla en esa zona, la más próxima al edificio del Mexillón.

Pero los jubilados no saben por cuánto tiempo podrán evitar el cierre del local, por lo que ya han consultado con un abogado. El vallado reza que "por estrictas razones de seguridad se prohíbe el paso a toda persona ajena al edificio".