Uno de los principales activos de la reforma de la Plaza de Galicia es la reducción del riesgo de inundaciones con la solución diseñada por el arquitecto Mariano Vázquez, quien ayer realizó una visita guiada a la obra, junto al alcalde Alberto Varela, y varios concejales del gobierno municipal, para explicar los detalles que en unas semanas podrán disfrutar todos los vilagarcianos. Su idea fue, tal como explicó, contribuir a resolver el problema de anegamientos en la zona en época de lluvias, y al mismo tiempo de volver a esta zona la imagen histórica del río que desembocaba en unas marismas que se fueron disecando para ganar terreno al mar y formar el más céntrico de los espacios urbanos de Vilagarcía.

En la reforma de la Plaza de Galicia nada se ha dejado al azar. La actuación comienza por la calle Padre Feijóo, antiguamente calle del Río, con un primer parterre donde comienza el río artificial. En esta zona se hizo una plantación de tomillo y lavandas, especies que suelen darse en los nacimientos fluviales. El segundo parterre imita el curso medio del río, adornado con otro tipo de plantas aromáticas.

Estos espacios están separados del área de circulación por una especie de banco continuo de hormigón que, a la vez que proporciona un área de descanso a los peatones, los protege de la superficie destinada al paso de peatones, de vehículos de emergencias, e incluso de los camiones de reparto en momentos puntuales. El ancho de esta zona de circulación es de siete metros.

El río artificial, con un sistema de decantado para recoger las aguas de la lluvia, continúa por la Plaza de Galicia donde se convierte en una fuente de mayor envergadura. El agua subirá por una pared de hormigón en forma de cascada. Un muro que con el tiempo tendrá el verdín propio de un tramo fluvial.

En el centro de este tercer tramo del río artificial se crea una fuente de cuyos caños saldrán chorros de agua iluminados de distintos colores y que incluso podrán moverse al ritmo de un hilo musical, que dará más vistosidad a este punto de la Plaza de Galicia.

En esta explanada también se hace una diferenciación de las zonas de tránsito, en los laterales junto a los edificios, y del centro de la plaza dedicado al esparcimiento ciudadano. A lo largo de la fuente y río artificial se han colocado las piedras que pudieron recuperarse del levantamiento de la acera de la calle Padre Feijóo y que se cree que históricamente formaron parte del paseo que iba desde Vista Alegre hacia la iglesia parroquial. Estas piedras no están documentadas patrimonialmente, pero igualmente se han conservado haciendo un guiño al antiguo paseo que cruzaba el río de O Con.

Como en el resto del proyecto, este "paseo" de piedra se convierte en un largo banco para el descanso ciudadano. El río artificial funciona mediante un circuito cerrado que, en el caso de rebosar, conectará con el sistema de alcantarillado.

Árboles y vegetación de ribera completan el nuevo decorado de la Plaza de Galicia, como el abedul, el avellano, un pseudo plátano, un arce y un liquidámbar, que es el más alto y que se ha colocado en la intersección de la plaza con Padre Feijóo.

La zona tendrá una imagen de día y otra nocturna porque la iluminación dará color al río artificial, destacando del resto del entorno.

En las obras se han invertido 180.000 euros. El alcalde destacó que esta actuación, que cambia por completo la imagen de la Plaza de Galicia, resulta más barata que la reforma de la Plaza de España, que tuvo un coste de 250.000 euros.