El Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por las siglas de Bottlenose Dolphin Research Institute), localizó el domingo una pareja de arao común ( Uria aalge) que nadaba junto a un ejemplar juvenil -por su plumaje parece tener apenas un año de vida- en la boca de la ría de Arousa, y más concretamente entre la isla de Sálvora y San Vicente de O Grove.

Esta especie, que llegó a ser tanto o más abundante que las gaviotas, desapareció de la costa gallega poco a poco. El hundimiento del petrolero "Prestige" le dio la puntilla, ya que según todos los expertos consultados el chapapote provocó "una auténtica masacre" que llevó a dar a este pájaro, con aspecto de pingüino, por definitivamente desaparecido de la comunidad autónoma. Al menos como residente o nidificante, ya que sí pueden verse ejemplares sobre la plataforma continental, lejos del litoral, durante los periodos de migración.

En relación con esto, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) advierte de que su situación es crítica, "especialmente después de la catástrofe del 'Prestige', que ha dejado su población a las mismas puertas de la extinción", ya que desde entonces solo se registró la cría de entre una y tres parejas en la Costa da Morte.

Ese es el problema, que el arao no cría en las Rías Baixas desde hace más de dos décadas, de ahí que la presencia de ejemplares juveniles en la zona invite al optimismo. Evidentemente el avistamiento de este pollo el domingo en la boca de la ría arousana no quiere decir que la especie vuelva a nidificar en las Rías Baixas, ni mucho menos.

Pero al menos invita a la esperanza y lleva a los conservacionistas a ilusionarse pensando que quizás algún día vuelva a reproducirse en la costa pontevedresa, siendo espacios como Ons y Sálvora los de mayores probabilidades para albergar ese proceso.

Bruno Díaz López, director del BDRI, detalla que ese ejemplar juvenil y sus padres fueron localizados en "una de nuestras salidas de trabajo para el estudio de la biodiversidad marina en la ría de Arousa, recogiendo datos científicos principalmente sobre mamíferos y aves".

Explica que "tuvimos la fortuna de avistar ese arao común juvenil desde uno de mis grupos de trabajo, en este caso liderado por la bióloga francesa Séverine Methion".

En principio se pensó que "podría ser una gran noticia para la conservación de la biodiversidad, y no solo en Galicia, sino en toda la Península, ya que se consideraba que no volvería a criar aquí, por eso nuestro deseo era que este joven arao pudiera ser el primero de otros muchos nacidos en los acantilados gallegos".

Pero al observar al joven pájaro más de cerca y revisar las fotos en detalle, para examinar aspectos como el crecimiento de sus alas y su colorido, se concluyó que puede tener un año de vida, por lo que pudo haber nacido en cualquier parte, incluso lejos de las Rías Baixas.

En cualquier caso, Bruno Díaz insiste en que "es indispensable trazar un plan de conservación para esta y otras especies desaparecidas ya en Galicia o a punto de estarlo".

Aprovecha para decir que "a pesar de la nula disponibilidad y colaboración de las administraciones, tanto locales como de ámbito estatal", el BDRI y otros colectivos siguen desarrollando proyectos de investigación y divulgación "sumamente interesantes" en las Rías Baixas que, como en este caso, "nos permiten hacer un seguimiento de especies amenazadas".

Un trabajo, por cierto, que "debe hacer reflexionar a la sociedad "sobre lo frágil que es el medio ambiente marino en Galicia, pero también sobre el gran futuro que puede tener si cuidamos de él".