Miles de personas pasan a diario por el conocido como puente de A Barca, que comunica los términos municipales de Cambados y Ribadumia en la desembocadura del río Umia. Y muchos de ellos se muestran sorprendidos por su estado actual, con los hierbajos cubriendo completamente la escasa franja que separa la línea exterior de los arcenes de los quitamiedos.

El puente, conocido también como de Castrelo, por estar al comienzo de esta parroquia cambadesa, es un tramo de la carretera PO-550 (Cambados-A Lanzada), que es de la Xunta de Galicia. Es, por lo tanto, la administración autonómica la que se debe encargar de velar por su buen estado de mantenimiento.

Pero vecinos y usuarios aseguran que la situación actual es muy mejorable. Argumentan que otros años, los operarios acudían antes del invierno para limpiar las cunetas, pero que en esta ocasión no lo hicieron, por lo que éstas están cubiertas de tierra o hierba. El resultado es que las aguas de la lluvia no encuentran una salida sencilla hacia las canalizaciones de pluviales, y a menudo se producen desbordes hacia la propia calzada y las fincas del entorno.

También hay quejas relativas a la limpieza de las aceras, que al parecer incluso secundan los turistas que pasean por la zona -la desembocadura del río es un lugar de interés paisajístico y ornitológico-, y en cuyas proximidades hay varios negocios. Por ello, lo que se le pide a la Xunta es que destine al lugar un equipo de limpieza.