La junta directiva de la cofradía de pescadores San Martiño, presidida por Antonio Otero, presentó a sus socios un balance anual de sus cuentas calificado como "histórico". No es para menos, ya que su lonja ingresó el año pasado más de nueve millones de euros, situándose entre las siete principales rulas gallegas. Y eso no es todo, sino que cerró el ejercicio, una vez comparados gastos e ingresos, con unos beneficios de 236.430 euros.
Se interpretan estos positivos datos económicos como "ejemplo de buena gestión" del actual cabildo, sobre todo porque se confirma la escalada interanual y el pósito se sacude todas las deudas, incluidas las derivadas de la presunta "estafa" padecida hace años, con su excontable como supuesto responsable.
Prueba de ello es que la cofradía tenía una situación financiera neta positiva de 112.000 euros a finales de 2014 y elevó esa cantidad hasta los 632.000 euros a 31 de diciembre de 2017, mientras que los beneficios también evolucionaron favorablemente en ese mismo periodo, para ascender desde los 147.000 euros de 2014 a los citados 236.430 euros de finales del pasado año.
Saca pecho
Tras haber conseguido los que pasan por ser los mejores resultados de su historia, la citada cofradía, con más de medio millar de socios de O Grove, Cambados, Sanxenxo, Meaño, Ribadumia e incluso Marín y Poio, saca pecho no solo por los ingresos obtenidos a nivel colectivo e individual, sino también por las acciones que ha podido desarrollar el cabildo a lo largo del pasado ejercicio.
A modo de ejemplo, el equipo de Antonio Otero detalla que consiguió unos 166.000 euros en subvenciones, las cuales se dirigieron, básicamente, a la contratación de asistencia técnica (biólogo) y vigilantes.
Como también es de destacar la adquisición de una nueva lancha y la ejecución de proyectos como el de mejora de la gobernanza en el ámbito del Parque Nacional de las Islas Atlánticas y el "Lonxanatur".
Los beneficios obtenidos y las ayudas recibidas permitieron, asimismo, implementar la productividad de sus bancos marisqueros, tanto mediante labores de limpieza y dragado como a través de la adquisición de semilla de bivalvos, empleándose unos 104.000 euros en la compra de cría de almeja japónica y 6.000 euros en la de babosa.
Desde el pósito, que presume igualmente de mantener una plantilla de personal estable, con 21 trabajadores, inciden en que "no queda pendiente deuda alguna, una vez saldadas las derivadas de mandatos anteriores, y especialmente las relacionadas con la presunta estafa", aún pendiente de juicio.
Y abundan en ello porque, consideran: "Esta situación económica demuestra que las cosas se están haciendo bien", tal y como se planteó en los últimos días al presentar las cuentas de 2017 tanto a la junta general como a los socios.
