Desde que cesaron las precipitaciones y el clima soleado empezó a rebajar los niveles de humedad e incluso de inundación en las tierras de cultivo, la actividad de los agricultores está siendo un no parar.
Las gentes del campo se afanan estos días en la preparación del terreno para la siembra de los cultivos de verano, en muchos casos aprovechando que ya pueden acceder a tierras hasta ahora impracticables.
Cierto es que aún quedan fincas anegadas, especialmente si lindan con ríos como el Umia, pero a medida que desaparezca el agua y se seque la tierra también en esos lugares empezará a trabajar la maquinaria, tanto para plantar como para oxigenar el suelo o eliminar la vegetación.
Lo cierto es que en Meis, Ribadumia, Meaño, Vilanova, Cambados y los municipios del Ullán, de manera especialmente intensa, como también en las zonas rurales de Vilagarcía, A Illa, Sanxenxo y O Grove, la actividad está siendo frenético en la huerta, el viñedo y las "leiras".
Los tractores se encargan de preparar la tierra, las desbrozadoras eliminan la hierba -también en el viñedo-, las sembradoras están preparadas y, en definitiva, el rural arousano acelera el ritmo para recuperar el tiempo perdido después de un primer trimestre del año que le dejó muy poco margen de maniobra.
En lo que resta de mes, como también a lo largo del que viene, las fincas de cultivo mantendrán un alto nivel de dinamismo, ya que es ahora cuando se plantan la mayoría de los cultivos de verano, desde judías a tomates, pasando por lechugas, patatas de tarde, calabazas, pimientos, berenjenas, sandías, calabacines, pepinos o maíz.
Algunos ya van tarde
Evidentemente, algunos de estos productos ya tendrían que haberse plantado el mes pasado o incluso con anterioridad, pero resultó del todo imposible a causa de las incesantes lluvias, de ahí que la temporada acumule retraso para diferentes cultivos; como retrasada está la brotación del viñedo, de lo que ya se informaba ayer en FARO DE VIGO.
Dice el refranero que "Abril que non chove, deixa ó labrego pobre". Este año parece que, al menos de momento, no se necesita más lluvia, y de hecho vienen muy bien al campo las actuales condiciones meteorológicas, tal y como explican los propios agricultores, a pie de huerto.
Y no solo para realizar las citadas plantaciones o la preparación del terreno, sino también para tratar de salvar las plantaciones que sí se habían realizado y que, no cabe duda, se estaban "ahogando".
Ni que decir tiene que el actual es también un momento de inspección. En el campo se procede a revisar tanto los viñedos como los frutales para tratar de prevenir enfermedades o incluso para empezar a combatirlas, si es que ya hicieron acto de presencia.
Los hongos en los cítricos o la lepra, en el caso de los melocotoneros, son solo un par de ejemplos de las múltiples amenazas que las gentes del campo deben vigilar.
