Los niños vuelven hoy a las aulas tras las vacaciones de Semana Santa. Y en el colegio de Carril lo harán, previsiblemente, con las canalizaciones de seis aseos renovadas, también con las de la cocina y con nueva red de distribución y acometida. Con todo, la presidenta de la ANPA, Verónica Maneiro, asegura que "no vamos a dejar a los niños beber del grifo hasta que no cambien toda la fontanería". Y es que todavía quedan las tuberías de diez aseos por cambiar, unos trabajos que se ejecutarán paulatinamente, interfiriendo lo menos posible en la actividad del centro educativo.

Durante los días no lectivos de Semana Santa la empresa adjudicataria de las obras se afanó para terminar la actuación prevista a tiempo, aunque desde la delegación territorial de la Xunta en Pontevedra apuntaron ayer que no será hasta hoy cuando se confirme si las previsiones han podido cumplirse o no. Es decir, si la instalación de fontanería de seis aseos, la cocina, la nueva acometida y la red de distribución estarán hoy listas.

La Consellería de Educación ha iniciado esta obra con carácter urgente tras las analíticas realizadas por Sanidade, las cuales arrojaron unos alarmantes resultados, pues el agua del colegio no es potable, no es apta para el consumo, debido a la elevada presencia de hierro, que duplica los valores legalmente permitidos.

Estas analíticas se realizaron tras la presión ejercida por los padres de los alumnos, que una vez más tuvieron que volver a alzar la voz para que se resuelvan las deficiencias que presenta este centro educativo con más de medio siglo de antigüedad.

Así, en los últimos años la Anpa del CEIP Rosalía de Castro ha logrado que la Xunta ampliase la capacidad del comedor escolar tras una serie de protestas. Ante el aumento de demanda por parte de las familias, Educación propuso instaurar un doble turno de comida, una decisión contra la que los padres se pusieron en pie de guerra y lograron frenar. Finalmente se hicieron obras para ampliar el comedor y así dar cabida a todos los niños en un único turno de comida.

Otra de las deficiencias denunciada por los padres fue el lamentable estado de los falsos techos de varias aulas, los cuales presentaban riesgo de desprendimiento. Tras la queja de la ANPA y la visita al centro de la concejala de Urbanismo, Paola María Mochales, para comprobar in situ la problemática, Educación cambió los falsos techos en las vacaciones escolares de Navidad.

Con anterioridad, los padres del colegio de Carril también habían luchado por la retirada del amianto o por la mejora de la instalación eléctrica.

En la actualidad la principal deficiencia responde a la calidad del agua que circula por las canalizaciones del centro educativo. Los padres prohibieron a sus hijos que consumiesen ese agua -ya antes de los resultados de las analíticas- y el Concello comenzó a suministrar agua embotellada. Los análisis de Sanidade confirmaron las sospechas de la ANPA y fue entonces cuando Educación anunció que cambiaría con carácter urgente la instalación de fontanería.

Al conocer los demoledores resultados, el alcalde, Alberto Varela, se puso en contacto con el conselleiro de Educación y con el delegado territorial de la Xunta para reclamar las nuevas tuberías.