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El cachalote de A Lanzada "desangra" el presupuesto para limpieza de playas

La "mala suerte" hizo que el animal varara en la costa meca después de varios días muerto -Las arcas municipales deben asumir el alto coste de su retirada y eliminación

Un hombre toma imágenes del cachalote varado en A Lanzada. // Muñiz

En el Concello de O Grove lamentan la muerte de mamíferos marinos. Pero también el alto coste que supone su retirada cuando acaban varados en la costa meca. Un gasto que se dispara, hasta el punto de "desangrar" el presupuesto municipal para limpieza de arenales, cuando se trata de ejemplares como el cachalote aparecido el lunes en A Lanzada.

No hay que olvidar que es un ejemplar de más de diez metros de largo, y a pesar de su avanzado estado de descomposición se estima que mantiene un peso de entre cuatro y cinco toneladas.

Es por ello que no se retiró de la orilla con la premura deseada, ya que fue preciso contratar los servicios de una potente grúa y diseñar un complejo plan de rescate para sacar al cetáceo del lugar; lo cual podría ocurrir hoy mismo.

"Todo lo que llega a la costa es nuestra responsabilidad y nuestra carga, por lo que tenemos que emplear importantes recursos económicos en su retirada", explica Ángeles Domínguez, la concejala de Medio Ambiente, Obras y Limpieza.

Cuando se trata de delfines de uno o dos metros de largo, como el que apareció la semana anterior en Virxe das Mareas, la retirada y eliminación, aunque también constituye un coste significativo, es un proceso más llevadero y rápido.

"Pero con este cachalote tenemos un grave problema entre manos que nos obliga a afrontar un gasto muy importante en solitario", lamenta la edil socialista.

Lo que quiere decir es que, aún confiando en que la Xunta de Galicia colabore en el traslado posterior del cachalote hacia un gestor autorizado que se encargue de su eliminación, lo cierto es que retirarlo de la arena, insiste, es competencia exclusiva del Concello.

"Esto trastoca considerablemente nuestros planes, ya que estamos intentando poner las playas a punto para Semana Santa y varamientos como éste constituyen un serio revés", esgrime la propia concejala, lógicamente consciente de que destinar dinero a este tipo de procesos obliga a recortar la inversión en otros servicios o actividades inicialmente previstos.

"La verdad es que fue mala suerte, ya que el cachalote llevaba días muerto antes de que la corriente lo arrastrara hacia A Lanzada y lo depositara en la arena; si el cuerpo del animal se fuera a otra zona o se perdiera en el Atlántico no estaríamos hablando de esto que, sin duda, constituye tanto un problema de imagen, porque el animal no puede permanecer en la arena por más tiempo, como económico".

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