Como cada primavera, y gracias a la ayuda de los fuertes vientos del sur que soplaron en días pasados, las rías gallegas se benefician del esperado afloramiento. Esto supone una renovación del agua y un formidable aporte de nutrientes. Pero tiene un lado negativo, y es que con ese alimento tan necesario para garantizar la producción -especialmente de moluscos bivalvos- también llega fitoplancton portador de biotoxinas.

Dicho de otro modo, se avecina un episodio tóxico generalizado que va a provocar el cierre masivo de bateas de cultivo de mejillón, y puede que también de una buena cantidad de bancos marisqueros.

Es lo que popularmente se conoce como "marea roja", esta vez protagonizada por las más comunes de las células tóxicas conocidas, las lipofílicas, entre las que destacan las del género diarreico (DSP).

El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con base en Vilaxoán (Vilagarcía) ya decretó en las últimas jornadas el cierre de un centenar de bateas agrupadas en dos polígonos de Bueu, en la ría de Pontevedra.

Pero no cabe duda de que la relación de prohibiciones de extracción en los viveros flotantes de cultivo de mejillón seguirá en aumento en los próximos días y acabará afectando a todas las rías.

Así lo confirma Covadonga Salgado, la directora del Intecmar, quien a preguntas de FARO DE VIGO explica que "ya la semana pasada habíamos detectado valores al alza en determinadas zonas de las rías de Pontevedra y Muros-Noia", aunque dentro de los márgenes tolerables, de ahí que los cierres de bateas no se produjeran hasta este lunes.

Pero era el indicador esperado de que las biotoxinas iban en aumento, y de que las prohibiciones de extracción llegarían más pronto que tarde, como así ha sido.

Ya con las últimas analíticas y con los informes parciales de esta semana en la mano se ordenaron los cierres de Bueu, al superarse los niveles de células tóxicas admisibles, "e incluso hemos empezado a notar incrementos significativos en otros polígonos de Pontevedra y en los de la ría de Vigo", explica la propia Covadonga Salgado.

En cualquier caso, hay que incidir en que se trata de un episodio totalmente natural con el que están acostumbrados a convivir los bateeiros y es una situación perfectamente controlada desde el Intecmar, por lo que no cabe riesgo alguno para la salud pública si el mejillón se comercializa y adquiere por los cauces reglamentarios.

Además, en estos momentos de la campaña, los trastornos para el sector desde el punto de vista económico son mínimos.