Santiago Gómez deberá volver a sentarse en el banquillo de los acusados por la muerte de su hermano Alfonso el 19 de septiembre de 2012 en Guillán (Vilagarcía) a consecuencia de un disparo de escopeta. El Tribunal Constitucional ha rechazado el recurso de amparo presentado por la defensa, que representa Faustino Seoane. El abogado admite que ésta era la última oportunidad para evitar la celebración de un nuevo juicio y vaticina que en esa nueva vista con jurado popular distinto y magistrado-presidente también diferente "puede suceder cualquier cosa". Desde la repetición del resultado (homicidio imprudente con una pena de 11 meses y 15 días -ya cumplida en prisión preventiva-) hasta una condena más dura o incluso la absolución de Santiago.

Lo que tiene claro Seoane es que el Constitucional no ha decidido sobre la vulneración de derechos que según él ocasiona la celebración de un nuevo juicio para su defendido. Y es que el único argumento que expone el alto tribunal para inadmitir a trámite el recurso de amparo es que no ha concluido "el proceso abierto en la vía judicial". Una resolución que ha tardado más de un año en dictarse.

La defensa del crimen de Guillán advierte de que la situación es un tanto "extraña" y que la repetición del juicio se llevará a cabo por "aspectos puramente formales", mientras que la acusación particular recuerda que el Supremo declaró la nulidad "por arbitrariedad al razonarse el veredicto y contradicciones insalvables en el mismo".

Uno de los motivos expuestos en el recurso de amparo de la defensa rechazado por el Constitucional es que "la acusación particular no había solicitado explícitamente la repetición del juicio. Sí articulaba unos motivos, pero no lo pedía de forma explícita", señala Faustino Seoane, quien recuerda que "el fiscal se oponía" a una nueva vista.

El abogado de Santiago Gómez considera que un nuevo juicio "no beneficia a nadie" y que "el primer perjudicado es la familia de la víctima". "El peligro que existe es el de entrar en un bucle y que estemos otros tres o cuatro años a vueltas", vaticina el letrado, ya que una vez haya nuevo veredicto y nueva sentencia, se abrirá otra vez el abanico de recursos (ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el Supremo y el Constitucional), con lo que el proceso podría prolongarse varios años hasta lograr una sentencia firme. Además, "hay testigos que podrían no declarar lo mismo" que el anterior juicio, celebrado hace casi cuatro años -alerta Seoane-, como podría ser el caso de la madre de los hermanos, una persona de avanzada edad cuyo testimonio resulta relevante, ejemplifica. "¿Qué pasaría si un testigo declarase algo distinto a lo de la otra vez?", lanza la pregunta.

Dice el abogado que Santiago "es un hombre normal en circunstancias extraordinarias" que "estuvo a un voto de la absolución total". "El jurado tenía claro que no hubo intencionalidad", afirma. Según su relato, de los nueve componentes del jurado popular, cuatro consideraron que el acusado había actuado en legítima defensa. "Es cierto que no se sometió al jurado a un veredicto de culpabilidad, pero hay jurisprudencia que dice que en determinados casos no puede realizarse porque nunca se va alcanzar la culpabilidad, como en este caso, ya que no se iban a alcanzar los 7 votos necesarios para declararla", explica Seoane.

Por su parte, la acusación particular luchará en los tribunales para que Santiago Gómez sea condenado por un delito de asesinato alevoso, y en caso alternativo, por un homicidio doloso, que es lo que solicita la Fiscalía.