El 85 por ciento de los perros que cuidan en el refugio municipal de Cambados son de razas de caza. Así de contundente se muestra la presidenta de la Protectora, Olga Costa, cuando se le pregunta si ha notado un repunte en el abandono tras finalizar la campaña de caza menor, hace tres semanas. "Desde que terminó la temporada recogimos cuatro, tres en la parroquia de Castrelo y uno en Vilariño", prosigue Costa.
El supuesto abandono de perros de caza es un argumento habitual de las organizaciones protectoras de animales, que las sociedades cinegéticas atribuyen a casos aislados. Como han planteado en más de una ocasión los dirigentes de los Tecores, la inmensa mayoría de los cazadores cuida a sus perros, los vacuna y los tiene correctamente identificados con el microchip, sin negar que pueda existir una minoría que incluso puede llegar a dejarlos a su suerte en el monte.
Olga Costa también asume que no se puede generalizar, pero pide un mayor control sobre la actividad de los cazadores y mayor contundencia con aquellos que no cumplan las normas de bienestar animal. "El cazador de verdad ama a sus perros y respeta a sus compañeros. Pero hay una parte importante de ese colectivo que no debería ni tener licencia", sostiene la presidenta de la Protectora de Cambados, que es la entidad que vela por el refugio.
Costa manifiesta que desde que empezó a la temporada cinegética, a finales de octubre pasado, "recogimos 16 perros" que han quedado en el refugio. "Casi todos venían sin microchip", añade. Una cifra elevada si se tiene en cuenta que el ámbito de actuación de la Protectora es Cambados, ya que los demás ayuntamientos o tienen un servicio municipal de recogida, como es el caso de Vilagarcía, o firmaron en su día el convenio con la CAAN de Armenteira, en Meis.
La presidenta de la Protectora considera que esos casos podrían tildarse de abandono sin temor a equivocarse, pero que también se han producido supuestos extravíos. "También aparecieron perros que sí tenían el chip y que le fueron devueltos a sus propietarios. Y hemos tenido cuatro casos de cazadores que vinieron al refugio después de que colgásemos las fotos de sus perros en las redes sociales".
Según Costa, en este caso los animales carecían de microchip, "y la excusa de los dueños es que los estaban probando para ver como se les daba la caza. Mi pregunta es qué iban a hacer con los perros si no valían para cazar". Por ello, recuerda que con la nueva Lei de Protección Animal, que entró en vigor el 11 de enero pasado, es obligatorio identificar a todos los perros con un microchip, "aunque los estén probando. Si eso es algo que se le va a exigir hasta a la gente que vive en el rural, también habrá que exigírselo a los cazadores".
Una situación que puede significar un fuerte desembolso para los aficionados que tienen varios perros, ya que el coste de la colocación del microchip ronda los 40 euros. Pero Costa que es la mejor fórmula para evitar el abandono y la muerte deliberada de perros.
