La presencia de los delfines entre las bateas arousanas no solo demuestra que la mitilicultura puede considerarse una actividad ambientalmente sostenible, favoreciendo la reproducción de unos mamíferos marinos cuyo papel resulta esencial para el ecosistema. En cierto modo los arroaces también se convierten en guardianes de los mejillones, ya que se ocupan de cazar algunas especies que pueden dañar la producción de molusco.

Así lo explica Bruno Díaz, director del BDRI, en el boletín informativo de Mexillón de Galicia, donde aclara que "hay especies de peces, como el sargo o la dorada", que pueden destruir la mejilla recién encordada -la semilla de mejillón que se sujeta a las cuerdas de cultivo- o incluso dañar las conchas de los ejemplares adultos.

Frente a esto la presencia regular de delfines en los polígonos bateeiros "puede eliminar o minimizar esta problemática".

En consecuencia, se trata de "un claro ejemplo de coexistencia entre los delfines y el cultivo de mejillón en batea; a diferencia de lo que sucede con la producción de estos moluscos mediante sistemas como las long-lines empleados en otras partes del mundo".