La lluvia retrasó la salida de Rajoy, que en condiciones normales ya está a las 9 de la mañana caminando por la ruta. Ayer esperó desayunando en el bar Os Castaños, al comienzo del camino, en Barrantes, hasta pasadas las 10.00 porque en las predicciones meteorológicas que consultó se decía que amainaría sobre esa hora. Se equivocaron, pero Rajoy y Suárez no se arredraron, y con la cabeza cubierta se pusieron en marcha. Tenían por delante siete kilómetros de subida hasta el monasterio de Armenteira.

Hora y cuarto después, ambos entraban brevemente en el recinto religioso -siempre concluyen la caminata con una visita a la Virgen de las Cabezas-, y se fueron a reponer fuerzas después de que Rajoy lavase las manos en una fuente situada junto a la entrada al atrio, de la que el agua manaba a chorro. El bar Comercio, al que acuden habitualmente a desayunar Rajoy y Suárez, estaba cerrado como todos los martes por descanso del personal, así que se dirigieron al otro que hay en la aldea, el A Fonte.

Allí, el presidente del Gobierno tomó una tapa de callos con garbanzos para entrar en calor mientras esperaba que escampase. De hecho, aún tenía la esperanza de que así fuese, y bajar caminando hacia Barrantes. Pero al salir del bar vio que la lluvia, ayer, no iba a dar tregua. De modo que se subieron a una berlina oficial y emprendieron el regreso a casa.

Mariano Rajoy se encuentra estos días de vacaciones en su piso de Sanxenxo. El lunes ya saludó el Año Nuevo con una caminata bajo la lluvia en la que le acompañaba el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y de la que dejó constancia con un "selfie" que publicaría horas más tarde en su cuenta de Twitter.