En la parroquia vilagarciana de Bamio la inmensa mayoría de sus vecinos se abastecen de una docena de traídas comunales de agua. Pero la persistente falta de lluvias ha secado varios manantiales y varias viviendas se han quedado sin suministro. Ante esta situación crítica, los vecinos se han puesto manos a la obra en busca de una nueva captación de agua en el monte de la que poder abastecerse. Y la han encontrado. De hecho estos días una pala y una excavadora están ejecutando la obra necesaria para que el caudal del manantial llegue a los depósitos desde los que se surten las casas. La previsión era que ayer ya se pudiese efectuar la conexión a la nueva captación para terminar con los serios problemas de abastecimiento.

Esta nueva fuente de suministro dará servicio a unas 25 viviendas. "Teníamos dos traídas y se secaron las dos. La gente se estuvo arreglando como pudo: con el pozo de casa, con alguna otra traída vecinal o yendo a buscar agua a fuentes de Guillán o de Catoira. Hay vecinos que incluso fueron a algún lavadero", relata Alfonso Conde, un vecino de Bamio afectado por la sequía.

Él es testigo de lo que sucede en el lugar que reside, aunque advierte que en otras zonas de Bamio "también se secaron manantiales y ya hubo personas que se conectaron a la red municipal".

Otra parroquia de O Salnés que se abastece de traídas vecinales es la de András, en Vilanova. Aquí la situación todavía es más delicada que en Bamio, pues las restricciones en el consumo -a 400 litros diarios por casa y a la prohibición de usar el agua para riego o piscinas,- no han sido suficientes y los vecinos han tenido que conectarse a la red de la Mancomunidade previa ejecución de unas obras. Son unas 170 viviendas, es decir, aproximadamente un tercio de la parroquia, las que actualmente están recibiendo agua a través de esta red.

El gerente del organismo comarcal, Ramón Guinarte, apunta que el paso de un situación de prealerta a alerta por sequía supondrá una mayor vigilancia del caudal del Umia por parte de Augas de Galicia. Pero a efectos prácticos, para los vecinos, el decreto de alerta no cambia nada ya que el consumo de la comarca sigue siendo inferior al caudal del río. "Nuestra situación es distinta a la de otras zonas porque no tenemos agua embalsada, sino un pequeño dique donde captamos el agua y mientras el caudal siga siendo superior al consumo no tenemos nada que hacer. Tenemos mucha suerte porque hay zonas más altas del Umia que están teniendo muchísimos problemas", declara Guinarte, que admite no haber recibido ninguna instrucción de Augas desde la activación de la alerta por sequía.

La Mancomunidade da servicio a los nueve ayuntamientos de O Salnés, aunque una parte de Sanxenxo y casi toda Vilagarcía -salvo unas zonas en el sur del municipio- se abastecen de otras fuentes.

En el caso de O Grove, la concejala de Medio Ambiente, Ángeles Domínguez, afirma que se mantienen la restricciones en el baldeo de calles y riego de zonas verdes, con las consecuentes quejas vecinales, pero "lo primero es lo primero", apostilla. Además, recuerda que en verano se cerraron las duchas de las playas mecas. "De momento seguimos con las mismas medidas. Esto es un problema de educación ambiental, de que en Galicia no tenemos cultura de ahorro del agua", reflexiona la edil socialista.