Un hombre de 37 años que responde a las iniciales A.I.A., vecino del municipio coruñés de Rianxo, protagonizó en la noche del domingo un altercado que se saldó con un agente de policía y dos bomberos afectados por inhalación de gases, después de que el citado individuo prendiera fuego al interior de la vivienda, de la que trató de escapar lanzándose por una ventana.

Según informa la Policía Local de Rianxo todo comenzó a las 20.10 horas, cuando los vecinos alertaron de que A.I.A, se encontraba vaciando en la calle los extintores del edificio en el que reside, en el lugar de Rianxiño.

Tras proceder a su identificación quedó a cargo de su compañera sentimental, que al parecer lo metió en casa.

Pero casi dos horas después los agentes recibieron una nueva llamada, esta vez de una amigada de la compañera sentimental de A.I.A., quien la habría telefoneado para decirle que su pareja estaba destrozando el interior del piso y que ella había tenido que encerrarse en el baño para protegerse.

A la llegada de los agentes de Policía Local y Guardia Civil la compañera sentimental del protagonista de esta historia había conseguido salir al exterior del edificio, mientras que era él quien se encontraba encerrado dentro del piso, negándose a abrir y a dialogar con los agentes, a quienes amenazó de manera reiterada.Explosión

Esto hizo que se solicitara una autorización judicial para acceder al interior, con ayuda de los bomberos. Pero en ese instante “se escuchó una explosión” y se produjo un incendio, “puesto que esta persona arrimó el sofá a la puerta y le prendió fuego con líquido inflamable tipo gasolina”, explica la Policía Local.

Fue a raíz de estos hechos como resultaron heridos dos bomberos y un agente policial, al tiempo que el individuo de 37 años aludido saltaba por la ventana trasera del edificio, rompiendo las muñecas y los codos.

Fue atendido en primera instancia en una ambulancia del 061, donde se le incautó un cuchillo “de grandes dimensiones”, encontrándose otro en el lugar donde había caído tras su salto.

Ante la posibilidad de que el incendio que había originado causara daños al edificio o provocara nuevas explosiones los agentes procedieron a desalojar a los vecinos.

Más tarde se comprobó que los niveles de contaminación eran elevados, por lo que buena parte de los mismos no pudieron dormir en sus domicilios.