Se considera que el gorgojo es originario de Oriente Medio y que en la Península Ibérica a principios de los años 90 por Andalucía, a través de palmeras importadas de Egipto. Desde ahí se extendió por todo el Levante, así como por los archipiélagos canario y balear.

Su llegada a Galicia es relativamente tardía, pues el primer caso oficial es de 2013. Al parecer, el insecto se propagó a través de palmeras compradas en el Levante y plantadas en el sur de Pontevedra con fines ornamentales.

Según Ramón Charlín, sin embargo, hay una diferencia enorme entre la plaga del picudo y la de la avispa velutina. Según él, es casi imposible erradicar la velutina, pero sí se puede con el picudo. "El picudo sí lo podemos vencer porque lo tenemos localizado en las palmeras, y se puede luchar contra él de forma sencilla. No ocurre lo mismo con la velutina, que puede estar en cualquier parte".

Tanto es así que en las Islas Canarias lo han erradicado. "Allí se consiguió aplicando los tratamientos, haciendo un seguimiento estricto y eliminando todas las palmeras afectadas". También pone como ejemplo las Baleares, donde la administración financia la incineración de la palmera enferma, lo que supone para los particulares un ahorro de entre 300 y 500 euros. También son efectivas las redes de avisos, para que la administración tenga un conocimiento temprano de la afectación de nuevos árboles.

El cambio climático y la globalización son dos factores que propician que en los últimos años se hayan multiplicado las amenazas que suponen las especies exóticas, o invasoras.