La campaña del centollo arrancó el lunes con tanta fuerza que los resultados solo pueden tildarse de espectaculares. Y eso que la presión ejercida por los furtivos y/o pescadores ilegales durante todo el verano hacía temer lo peor. Baste un ejemplo: el 14 de noviembre de 2016, primer día de la campaña anterior, se vendía este crustáceo en catorce lonjas gallegas que alcanzaron un total de 3.580 kilos, mientras que este lunes solo la de O Grove pulverizó ese registro, ya que subastó por sí sola 4.126 kilogramos.

Pero no solo eso. Resulta que esas más de cuatro toneladas despachadas en la primera tarde de subasta constituyen uno de los mejores registros de la historia del sector, en lo que a una jornada inaugural se refiere, de ahí que, a la espera de ver cómo evoluciona la actividad en las próximas semanas, parezcan despejarse las incógnitas que la acechaban y se descarte la esquilmación del recurso.

Puede recordarse, en este sentido, lo sucedido en el último lustro, pues en la apertura de la campaña anterior O Grove vendió 1.044 kilos, fueron 2.975 en la primera puja de 2015, se quedó en 2.287 kilogramos cuando comenzó la temporada 2014-2015 y comercializó 1.725 en el arranque de la campaña 2013-2014. Es decir, siempre muy lejos de los 4.126 kilos de anteayer.

Queda claro, por tanto, que la lonja meca sigue siendo la más importante de la comunidad autónoma para este producto, ya que va camino de repetir, junto con la de A Coruña, como la que más cantidad vende cada año; además de tratarse de la que más importantes ingresos obtiene por este recurso.

A la espera de los datos oficiales que permitan comprobar el volumen total de todas las lonjas gallegas implicadas en este proceso, puesto que algunas tardarán varios días en comunicar sus resultados, puede hacerse una estimación para decir que el lunes se rondaron las diez toneladas de centollo en el conjunto de Galicia, frente a las 3,5 toneladas del año pasado, las 7,7 toneladas de 2015, las 5 toneladas con las que comenzó la actividad en 2014 y las 5,8 toneladas que se alcanzaron en el arranque de la temporada 2013-2014.

Así pues, tanto si se debe a la escasez de su principal depredador, el pulpo, como a las condiciones meteorológicas actuales o a cualquier otro motivo, lo único cierto es que ya no se recordaba tanto centollo como en este inicio de temporada.

Evidentemente esto resulta muy positivo para los intereses del sector, no solo por la cantidad sino también por la calidad que parece atesorar el producto, al menos en la rías de Arousa.

Y lo mejor de todo, al menos desde el punto de vista de los pescadores -que no de los consumidores- es el precio alcanzado en primera venta, puesto que a pesar de la abundancia las tarifas siguen siendo elevadas, y más que lo serán a medida que se acerquen las fechas navideñas.