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Consecuencias para la ciudadanía de la reestructuración del sector

La reforma financiera cerró en O Salnés una treintena de oficinas bancarias en ocho años

Hay una sucursal por cada 1.700 habitantes - Quedan 62 abiertas -En A Illa solo funcionan dos, y Vilagarcía perdió un 40% al pasar de 30 a 18 - Todos los municipios de la comarca están afectados salvo Meis y Meaño

Actualmente funcionan en O Salnés 32 sucursales bancarias menos que en 2008, año en el que se registró -en toda Galicia- el máximo de oficinas operativas. En aquel momento en el que la vorágine de fusiones y absorciones en el sector financiero todavía no había estallado, en la comarca saliniense existían cerca de un centenar de oficinas (94 exactamente), lo que se traduce en una reducción del 34% en ocho años (de 2008 a 2016).

En este periodo el cierre de sucursales en Vilagarcía se sitúa en un 40%, al pasar de 30 a 18. Junto con A Illa, son los municipios de O Salnés más afectados por la reestructuración bancaria. Y es que hasta 2008 los isleños tenían servicio financiero por parte de seis empresas distintas, entre ellas Caixanova, Caixagalicia, Pastor, Popular o Caixa Geral. Fueron cerrando oficinas y hoy en día los vecinos de A Illa solo tienen acceso en su localidad a Abanca y al Popular, con una sucursal cada uno.

Según los datos recientemente publicados por el Instituto Galego de Estadística (IGE), también Meis y Ribadumia cuentan con dos oficinas, si bien en el caso del ayuntamiento meisino se trata de una cifra que no ha variado en los últimos años. De hecho este concello y el de Meaño son los únicos de los nueve que conforman O Salnés cuyos vecinos no se han visto afectados por la reconversión financiera. Sin embargo Ribadumia contaba con cuatro sucursales hasta 2010, en 2011 perdió una y el año pasado otra, quedándose solamente con dos. Meaño mantiene las cuatro que tenía en 2003.

Mención especial merece la situación de Vilagarcía, la capital de la comarca, pues concentra más de un tercio de los cierres registrados en la comarca: 12 de 32.

La desaparición de sucursales fue progresiva, siendo el año 2012 el de mayor descenso (al igual que ocurre en el conjunto de O Salnés), con cuatro oficinas menos. Algunas de las sucursales que echaron el cerrojo en la capital arousana dejaron el cajero automático en funcionamiento, como es el caso del Popular de Praza de Ravella o el de Abanca en Os Duráns.

En lo que respecta a las demás localidades de la comarca, Cambados ha perdido tres oficinas (de 12 a 9), O Grove otras tantas (de 10 a 7), Sanxenxo seis (de 19 a 13) y Vilanova dos (de 7 a 5).

Solo a lo largo del año 2012 dejaron de funcionar nueve sucursales bancarias en O Salnés, quedando 71 operativas. A día de hoy -los últimos datos publicados se refieren a 2016- están abiertas 62, lo que se traduce en una oficina por cada 1.773 habitantes.

Aunque los vecinos de O Salnés han perdido 32 sucursales en los últimos ocho años (un 34%), hay muchas otras comarcas en Galicia con un mayor impacto de la reforma bancaria, sobre todo en la provincia de Ourense, donde 25 concellos carecen de servicio y por tanto sus vecinos deben desplazarse a otros municipios para realizar trámites bancarios.

En total, 41 ayuntamientos gallegos -que suman una población de 53.800 habitantes- carecen de una oficina bancaria. Y con una sola se contabilizan 87 municipios, es decir, que unas 174.000 personas en la comunidad no tienen opciones para elegir un banco u otro si quieren disponer de servicio financiero cerca de sus casas.

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