Hay gallegos que nunca imaginaron tener que recurrir a la solidaridad de un vecino o llenar barreños y garrafas en una fuente para poder tener agua en casa. Pero el año tan seco que estamos viviendo ha puesto contra las cuerdas a varias parroquias de O Salnés que se abastecen exclusivamente de traídas comunales -no están conectadas a la red municipal-. Algunos manantiales se han secado y los vecinos no han tenido más remedio que buscar alternativas para disponer de suministro en sus domicilios. Es el caso de Bamio, en Vilagarcía, o András, en Vilanova.

"Hay gente que va a por agua a la fuente, como por ejemplo a la de Guillán, que es muy buena. En Bamio teníamos dos y no echan ni gota. Este año la verdad es que estamos muy mal, en una situación muy crítica", advierte Alfonso Conde, un vecino de Nogueirido que tiene conexión a dos de las doce traídas vecinales que hay en Bamio. "La que funciona da suministro a unas 40 casas y la que está seca a unas 25. De esas 25 familias, 6 disponen de traída alternativa pero el resto no y se las arregla como puede. De hecho yo le estoy pasando agua a otra traída. A ver si esta semana vamos al monte en busca de otra captación", relata el comunero.

Bamio es la parroquia de Vilagarcía ubicada en el extremo norte del municipio. Linda con Catoira y prácticamente el 100% de sus vecinos se surten directamente de pozos y manantiales naturales. "Hay muy pocas viviendas enganchadas a la red municipal", confirma Alfondo Conde.

En András (Vilanova) la situación todavía es peor, puesto que los problemas de suministro afectan a toda la parroquia. En septiembre los vecinos tuvieron que recurrir a camiones cisterna de la red de la Mancomunidade, que transportaron 50.000 litros de agua al depósito comunal. Pero no ha sido suficiente.

El secretario de la comunidad de montes y encargado de la gestión del agua, José Luis Tourís, anuncia que hoy mismo tramitarán la solicitud al ente comarcal para conectarse directamente a su red, una opción que es posible debido a las obras ejecutadas recientemente por Espina & Delfín, la concesionaria del agua por orden de la Mancomunidade que preside Gonzalo Durán.

El enganche a la red municipal dará servicio a un tercio de la parroquia de András, es decir, a unas 170 viviendas. "El resto a ver si podemos aguantar", confía Tourís, que advierte de que "nunca hemos estado como este año". "Es la primera vez que tenemos que recurrir a la Mancomunidade", añade.

Esto significa que los vecinos tendrán que pagar una factura por el consumo. Probablemente el próximo fin de semana se convoque una asamblea para abordar el problema del agua en la aldea.

Las restricciones en el consumo no han sido suficientes. "Tenemos contadores individuales y el consumo limitado a 400 litros diarios por vivienda, y solo para uso doméstico. No está permitido usarlo para riego ni piscinas", concluye el comunero.

Otras comunidades de aguas consultadas como la de San Martiño en Meis o la de Castroagudín (Vilagarcía) aseguran que por el momento no tienen problemas de abastecimiento. En el municipio meisino han secado algunos manantiales y bajado el caudal de otros, pero "nada alarmante", dice Ángel Castro.