"Esta es la foto". Durante la conferencia de prensa ofrecida en la sede local del PP, Tomás Fole, acompañado de su sucesor como presidente del partido, Alfonso González Gallego, recalcó la excepcionalidad que supone en el actual panorama político una transición "tranquila, cordial, modélica y solidaria" como la que ha tenido lugar en el seno de la formación conservadora vilagarciana, un proceso de renovación que arrancó hace un año con la visita de Rueda a la capital arousana.

"Es un paso conjunto, un todos a una con Alfonso", declaró el popular, que recordó las distintas etapas que atravesó el partido en estos 14 años. Fole llegó en 2003 en tiempos difíciles para el partido de la gaviota. Fue candidato a la Alcaldía ese año y también en 2011, después de haber ganado un disputado congreso con Javier Puertas.

No fue hasta 2015 cuando logró la Alcaldía de Vilagarcía tras veinte años en manos socialistas. Gracias al pacto con IVIL, los populares consiguieron la mayoría absoluta que le permitió gobernar con holgura durante cuatro años, aunque siempre luchando contra el caballo de batalla que supuso la pésima situación económica con la que se encontraron a su llegada a Ravella. La tan manida "herencia recibida" -en palabras del propio Fole- marcó la gestión del PP.

Pese al progresivo saneamiento de las arcas municipales, la falta de diálogo con los vecinos le pasó factura en los comicios de 2015, cuando los socialistas recuperaron el bastón de mando de la mano de Alberto Varela, que gobierna en minoría con ocho concejales, uno más que el PP, actualmente en la oposición.

Además de portavoz del grupo municipal durante varios años y alcalde durante un mandato, Fole fue director general del Ipespo entre 2007 y 2011, consejero del Puerto de Vilagarcía, integrante de la Mancomunidade do Salnés y miembro nato de los órganos de dirección del PP.