El trabajo que realizan los ornitólogos y los aficionados a la naturaleza en general cuando se dedican a localizar, fotografiar, censar o, simplemente, a observar aves pelágicas, ayuda a tomar el pulso a la salud de las diferentes poblaciones, detectando en ocasiones ejemplares enfermos o heridos, determinando si hay un aumento o un descenso de determinadas especies y, en definitiva, contribuyendo a mantener la vigilancia para alertar ante posibles riesgos o amenazas.

A modo de ejemplo en las expediciones realizadas a bordo del pesquero-escuela Chasula, donde no se cansan de pedir colaboración a la ciudadanía para reducir los desperdicios que pueblan el mar, se han encontrado en ocasiones tanto aves como mamíferos marinos y tortugas que pasaban por apuros, y en algunos casos incluso fue posible actuar para tratar de salvarlos.

Sin ir más lejos, en la singladura realizada el pasado lunes fue localizado a unas doce millas de las Rías Baixas un fulmar boreal ( Fulmarus glacialis) que tenía un sedal enganchado al cuerpo -posiblemente por un anzuelo dentro de su boca- y parecía débil.

La tripulación del barco que patronea Isidro Mariño logró capturarlo para comprobar su estado y retirar el sedal, ya que podía causarle graves daños e incluso la muerte. En esa operación el fulmar quedó liberado de la trampa mortal en la que había caído, por lo que fue puesto en libertad.

Se trata de una especie que se desplaza por mar abierto en busca de los crustáceos, cefalópodos y pequeños peces que constituyen su dieta. Aunque en aguas de Groenlandia se ha citado el consumo de organismos planctónicos, poliquetos y pequeños crustáceos.

Así lo explica la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), donde aclaran que suele alimentarse bajo la superficie inmediata del agua, pero puede sumergirse y nadar con las alas hasta los cuatro metros de profundidad.

Se distribuye por el norte de los océanos Atlántico y Pacífico y ha experimentado una importante expansión en el último siglo.

Es un ave "de aspecto similar al de una gaviota pequeña y compacta" que puede alcanzar los 50 centímetros de longitud y que en Europa cría en las costas de Gran Bretaña, Francia (Atlántico), Islandia y Noruega.