La actividad de los furtivos está provocando un importante quebranto económico a la Cofradía de A Illa, con varias playas y bancos marisqueros totalmente arrasados y que no volverán a producir, al menos, en un plazo de dos años. Por este motivo, el patrón mayor de la Cofradía, Juan José Rial Millán, ha optado por una respuesta contundente, la de reclamar que se apliquen penas de cárcel a todos aquellos que sean sorprendidos en esta actividad ilegal.

En estos momentos, con la nueva ley en la mano, el furtivismo está considerado como un delito, pero "no está funcionando, ya que se limita a sancionar económicamente a unas personas que son insolventes, por lo que a la noche siguiente, están de nuevo en la playa esquilmándonos el marisco". Aprobada el pasado año, todavía "no existe una sola condena de cárcel para ningún furtivo, no hay un precedente en el que se castigue duramente esta actividad, por lo que los furtivos continúan campando a sus anchas y creando serios problemas a las cofradías, que invertimos un auténtico dineral en vigilancia, cuando gran parte de esos recursos podían destinarse a regeneración de bancos marisqueros".

Además de sanciones y penas ejemplares para los furtivos, Millán entiende que también se debe actuar contra aquellas personas que les compran y que son "el verdadero sustento de este negocio ilícito que tanto daño nos hace a los mariscadores". No en vano, esa almeja "acaba en depuradoras o en establecimientos hosteleros, provocando que caiga su precio en las lonjas". Para Millán está muy claro que "el furtivismo existe porque hay quien compra; si no tuviesen mercado, no estarían en las playas".

Las declaraciones del patrón mayor isleño vienen precedidas de varias circunstancias, como el arrase de varias playas, en el que los furtivos se han llevado el 100% de la producción (tanto almeja con talla de venta como semilla) y tras el operativo desplegado por vigilantes del pósito, en colaboración con Policía Local y Guardia Civil, que en la madrugada de ayer permitió identificar a varios furtivos locales con más de 35 kilogramos de almeja guardada en capachos.

El dispositivo se desarrolló a las 4.00 horas de ayer, cuando se localizó a un grupo de furtivos en la zona de Riasón, donde la Cofradía de A Illa posee sus viveros con los que nutre el resto de bancos marisqueros. Del grupo, se consiguió interceptar a dos, a los que se identificó, resultando ser dos viejos conocidos en el municipio por esta actividad ilegal. A uno de ellos se le interceptó cuando entraba en su casa con los capachos.

Millán advirtió de que "en este Concello hay dos grupos que se dedicaban al furtivismo que ahora se han fusionado, reuniendo a una docena de personas". Pero lo que más preocupa en la Cofradía es que "cuentan con apoyo de personas que tienen capacidad adquisitiva, que se dedican a controlar los vehículos de los vigilantes, colaborando activamente con ellos". Los datos que manejan confirman esta situación, ya que "los vigilantes han identificado a varias personas, con BMW de alta gama, controlándonos y advirtiendo a los furtivos de nuestros movimientos". Sospecha Millán que esta colaboración "será para beneficiarse a la hora de comprar semilla pequeña de almeja, porque son personas que tienen una capacidad económica importante como para andar metidos en este tipo de situaciones".

Playas esquilmadas

La actividad de los furtivos en A Illa ha dejado playas totalmente arrasadas por su acción. Es el caso del arenal conocido como O do Peixe, "por el que parece que ha pasado un arado, llevándose absolutamente toda la producción". Una situación así supone "como mínimo, dos años de pérdidas económicas, ya que se llevan hasta el marisco que no da la talla mínima y nos obligan a resembrar para poder recuperarlo, eso si no vuelven a pasar por esa zona".

A Illa cuenta en estos momentos con once vigilantes, siete de ellos subvencionados por la Consellería, mientras que los otros cuatro los asume de forma íntegra el pósito. Pese a su elevado número, "resulta imposible controlar el medio centenar de playas productivas que tiene A Illa, y eso que la implicación de los vigilantes está siendo ejemplar, haciendo más horas y exponiéndose a los insultos y a los enfrentamientos con los furtivos a diario". Millán también alabó la colaboración de la Policía Local de A Illa y de la Guardia Civil, "a los que siempre recurrimos para levantar acta de lo que ocurre".