La escasez de lluvia y la pertinente sequía comienza a pasar facturas en los suministros de agua que existen en la comarca de O Salnés. Una de esas traídas es la de la parroquia vilanovesa de András que, en las últimas semanas, ha visto como el manantial que la nutre comienza a bajar en exceso su nivel, lo que ha llevado a la comunidad de montes, ente que la creó y gestiona, a plantear que solo se tire de ella para el consumo doméstico y se evite utilizarla para otros menesteres como regadío, lavado de coches, llenado de piscinas u otras actividades que puedan provocar problemas en el futuro.

Para prever un posible secado del manantial, los comuneros también han recurrido al Concello de Vilanova para rellenar el depósito de cola. La semana pasada, dos cisternas con agua de la red que pertenece a la Mancomunidade, inyectaron unos 50.000 litros en el depósito de cola que usan los vecinos, lo que les va a permitir aguantar un poco más. "En estos momentos, nos encontramos con ese depósito a la mitad de su capacidad, pero si continúa sin llover, podremos tener problemas", explicaba ayer uno de los responsables de la comunidad de montes, ya que el manantial del que reciben el agua, situado en las estribaciones de Monte Lobeira, no atraviesa por su mejor momento.

Los comuneros esperan que en las próximas semanas, llueva lo suficiente para volver a llenar el depósito de cola, pero mientras tanto, "hemos avisado a los 170 usuarios de la necesidad de tener un control en el consumo de agua; todavía tenemos margen hasta que pueda afectarnos la sequía, pero hemos preferido tomar medidas con anterioridad y evitarnos problemas en el futuro".

De todas formas, los comuneros esperan que las condiciones meteorológicas cambien y lleguen "unas semanas lluviosas que permitan que se recupere el manantial que llevamos años utilizando sin llegar a aplicar este tipo de medidas en los últimos años".

Donde todavía no se han registrado problemas es en la red de suministro de agua de la Mancomunidade de O Salnés. Si es cierto que en el ente que preside Gonzalo Durán son conscientes de que el río Umia se encuentra en el nivel más bajo de su capacidad desde principios de los años 90, época en la que se comenzó a recoger registros, pero eso no ha impedido que la captación de Pontearnelas funcionase a pleno rendimiento durante todo el verano. En caso de que el nivel descendiese en exceso y comenzase a dar problemas, la única alternativa pasa por una autorización de la Xunta para abrir las compuertas del embalse de Caldas, aunque desde el ente mancomunado creen que no va a ser necesario.

Dos datos han sido clave para que no hubiese que aplicar restricciones en el consumo. El primero de ellos es una acción que se lleva aplicando desde hace varios años en Sanxenxo. Este municipio, durante los meses estivales, recoge el 70% de su suministro de agua de la conexión que tiene con Pontevedra, lo que alivia de forma importante la red de la Mancomunidade. El otro dato que también ha ayudado es que, pese a ser un verano en el que se batieron récords de visitantes, lo cierto es que ha sido menos caluroso que 2016, por lo que los consumos de agua han sido menores.

En principio, se considera que la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Treviscoso, ha soportado con solvencia los consumos, cercanos a los treinta millones de litros diarios. Sin embargo, eso no impide que se necesite una ampliación de esta infraestructura, con más de dos décadas de antigüedad y dimensionada para una población muy inferior a la que soporta la comarca de O Salnés durante el verano. La Mancomunidade continúa a la espera de que Augas de Galicia licite las obras de ampliación para la construcción de un segundo depósito de cola.