Una denuncia por un falso robo de un Renault Laguna presentada ante la Policía Local de Pontevedra provocó que los agentes tirasen el hilo que desmontasen lo que acabó siendo uno de los mayores entramados de estafas a aseguradoras en accidentes de tráfico descubiertos en Galicia. Aquella investigación, bautizada como "Operación Poza", llega el lunes a juicio a la Audiencia Provincial de Pontevedra cuando se sienten en el banquillo de los acusados un total de 20 procesados, desde los responsables de un taller de Pontevedra a un perito que supuestamente hacía la vista gorda y propietarios de alguno de los vehículos que colaboraron en estos fraudes.

Según el escrito del fiscal, que pide penas que van desde un año de prisión a cinco para los principales cabecillas de la trama, a lo largo de la investigación se detectaron hasta once supuestos fraudes a aseguradoras con accidentes de tráfico simulados o falsos robos de vehículos, la mayoría de alta gama.

El Ministerio Público relata diferentes modus operandi para engañar a los seguros y no siempre resultaba. Por ejemplo, en varias ocasiones los acusados se hicieron con vehículos que quedaron absolutamente inutilizados durante las riadas que se produjeron en Vilagarcía de Arousa en diciembre de 2006. En algunos de los casos eran trasladados a un taller de Pontevedra sobre el que gira buena parte de la investigación, dado que allí se depositaban buena parte de los vehículos. Estos coches, por los que sus propietarios ya habían recibido la correspondiente indemnización al ser declarados siniestro total, se volvían a dar de alta posteriormente simulando una reparación inexistente así como otro tipo de ardid y después se reclamaba al seguro simulando cualquier percance. Es el caso por ejemplo de un Volvo S-60 que fue declarado siniestro total tras las inundaciones en Vilagarcía. Fue adquirido a su propietario y trasladado a este taller en Pontevedra y tras realizar una venta simulada uno de los acusados trasladó el coche a una zona despoblada próxima al embalse del Pontillón do Castro en Pontevedra y le prendió fuego, procediendo luego a elaborar un parte de siniestro argumentando que el coche comenzó a arder cuando circulaba en él.

Accidentes simulados

En otro caso se simularon accidentes falsos con estos coches utilizando grúas para golpear los vehículos y hacer más creíble su reclamación. Para ello, en algunos casos contaron también con la ayuda, según el fiscal, con un perito de Vigo que omitía los daños anteriores que ya presentaban los vehículos.

En otro de los casos, algunos de los imputados adquirieron los restos de un Mercedes E320 que sufrió un grave accidente en Guitiriz y tras una reparación parcial que solo afectaba a las piezas exteriores dañadas, que fueron sustituidas, lo llevaron a un lugar de la carretera ente Cuntis y Moraña y simularon una salida de vía colisionando contra un talud. En esta ocasión, incluso un matrimonio que figura entre los imputados comparecieron ante el Hospital Domínguez de Pontevedra en donde se les diagnosticaron lesiones leves supuestamente sufridas en este accidente. Así, hasta once casos diferentes y con una cantidad estafada a las aseguradoras que ronda los 140.000 euros, cantidades que se reclaman en materia de responsabilidad civil. Así hasta con un total de once vehículos diferentes.