El Concello de Vilagarcía participa en el proyecto provincial para prevenir los efectos del gas radón promovido por la Diputación de Pontevedra y que se presentó a la convocatoria del Programa Life 2014-2020 para ser financiado con fondos europeos. Si la Comisión europea aprueba la iniciativa provincial, Vilagarcía de Arousa, al igual que los demás concellos participantes, sería objeto de la realización de estudios y mediciones de los niveles de gas radón en instalaciones y servicios públicos y, de ser necesario, se propondrían medidas correctoras a adoptar, todo ello sin coste alguno para las arcas municipales.

El proyecto de la Diputación de Pontevedra tiene como objetivo abordar la problemática del gas radón a través de medidas que contribuyan a disminuir el riesgo potencial para la ciudadanía. Este gas es un componente radioactivo contaminante causante de un incremento sustancial del porcentaje de población afectada por los diferentes procesos cancerígenos, principalmente de pulmón, y que, como demuestran diferentes estudios, está presente en los concellos de la provincia de Pontevedra con un nivel de riesgo potencialmente elevado.

Dada la potencial influencia que este gas tiene sobre la salud de la población, y como el Programa Life busca favorecer mediante la aportación de soluciones y mejores prácticas cambios que supongan la consecución de los objetivos medioambientales y climáticos derivados del Programa General de Medio Ambiente de la Unión Europea, el organismo que preside Carmela Silva diseñó este plan piloto y con carácter experimental.

Si finalmente el proyecto pontevedrés resulta seleccionado por la Comisión Europea, supondría la realización en Vilagarcía de una serie de medidas sin coste para el Concello centrada en tres puntos. El primero de ellos será el análisis del estudio de los edificios públicos municipales desde la perspectiva de la presencia o acumulación de niveles excesivos de gas radón. En segundo término se procedería a la identificación de los puestos de trabajo que, debido a sus características, presenten riesgos potenciales para el personal por la acumulación de este gas.

La tercera actuación sería la identificación y análisis del estado del agua potable destinada al consumo humano en el municipio respecto a los niveles de radón disoluto.

En los tres casos , de detectarse niveles de gas radón superiores a los establecidos por la directiva europea, se propondrían las medidas necesarias a adoptar para reducir esos valores hasta colocarlos dentro del marco que establecen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS. Las acciones paliativas deberán asumirlas los ayuntamientos.