Las piezas incautadas en los distintos casos que se atienden en el juzgado se almacenan también en sus instalaciones. En el caso de Cambados en concreto, los funcionarios apuntaban a que había mucha arma blanca, ropa falsificada procedente de delitos contra la propiedad industrial, alguna bicicleta e incluso hace años llegaron a tener un ataúd, al parecer procedente de un caso de extorsión, según relataba uno de los funcionarios que trabajan en las instalaciones.

El director xeral explicaba que en todos los juzgados existe una sala con todas estas piezas pero a veces se quedan pequeñas, "y tampoco se almacenan la totalidad de los objetos, un barco o un coche sería imposible de almacenar aquí". Por esa razón las piezas de convicción son también destruidas, "en Galicia son más de 70 las toneladas que se han eliminado, e incluyen desde barras de hierro, motores de barco y todo tipo de objetos".

Martín señalaba que en el caso de que lo incautado sea dinero, éste procede a depositarse en la cuenta judicial, y en el caso de las armas , deben trasladarse a la intervención de armas de la Guardia Civil, pero los objetos menores, pasado un tiempo, tienen que destruirse.

Toda esta labor, junto con la eliminación de mobiliario antiguo y otros enseres inservibles ayudan a despejar las dependencias para un mejor funcionamiento del trabajo, objetivo que persigue la tarea que actualmente se está desarrollando en el municipio cambadés.

Estas tareas, que son llevadas a cabo por la figura del archivero, creada hace unos años por la Xunta de Galicia y otros funcionarios del inmueble, se desarrollan también en otros juzgados de la comarca y de la comunidad gallega.

Martín espera que el problema de la acumulación de papel y de piezas de convicción deje de serlo en un breve espacio de tiempo, puesto que el camino hacia la informatización contribuirá, desde luego a ello de manera progresiva.