Los mariscadores de A Illa de Arousa denunciaban ayer que el furtivismo vacacional se agrava en sus concesiones marisqueras y que algunos bañistas llegan a amenazarlos e incluso a intentar agredir a los vigilantes de la agrupación de productores y a los profesionales del sector cuando estos les llaman la atención por extraer bivalvos -sobre todo almeja y berberecho- de manera ilegal.
Pero algunos usuarios dan "la vuelta a la tortilla" y sostienen que "los que amenazan son los propios mariscadores". En este sentido, ponen como ejemplo algunos episodios recientes -en este caso sucedidos en A Illa pero vividos igualmente en otros municipios arousanos- en los que "efectivamente se produjeron enfrentamientos en la playa, pero fue cuando los mariscadores llamaron la atención a los bañistas por comer dos o tres almejas en el agua".
Quienes así se posicionan consideran que la postura de los vigilantes "es abusiva" y explican que "se dio el caso de amenazas de muerte a algunos bañistas, que además recibieron graves insultos".
Lo peor, aseguran, es que "esa actitud se ha visto también ante personas mayores y en presencia de niños que estaban asustados mientras los mariscadoras lanzaban todo tipo de descalificaciones, llegando a decir a una mujer que le iba a 'meter las almejas por el culo".
Lo que hacen estos usuarios es justificar el hecho de que puedan recoger bivalvos para su consumo, aunque se trata de una práctica ilegal que está considerada furtivismo y afecta al modo de vida de los mariscadores que viven de la producción en los bancos de infaunales de la ría arousana".