La avispa velutina continúa con su progresiva pero imparable colonización del territorio. Desde que en 2012 se detectasen los primeros ejemplares de este insecto en el norte de la provincia de Lugo y el sur de la de Pontevedra (concretamente, en Burela y O Rosal) hasta la actualidad, su presencia en el mapa no ha dejado de crecer año tras año. Y así sigue siendo en este 2017 pese a los esfuerzos de los apicultores y la administración para contener la plaga, pues ya se da por hecho que la erradicación completa es imposible. O Salnés y Ullán no son ajenos a esta situación, y en lo que va de 2017 ya se han retirado el doble de nidos que en 2016.

Cambados es uno de los municipios que ha firmado el convenio de colaboración con la Xunta de Galicia para la retirada de los avisperos, y la agrupación de voluntarios de Protección Civil de Cambados han eliminado en lo que va de ejercicio 157. El año pasado habían sido 89, si bien no empezaron a quitarlos hasta finales del verano.

Uno de los responsables de Protección Civil de Cambados, Iván Marín, apunta que del total de nidos destruidos, la zona donde se ha detectado una mayor presencia es la senda del río Umia, pues se han contabilizado 41. "Es un insecto que busca zonas de agua, y en el entorno del Umia hay abundancia de árboles frutales y de ribera, que también suelen atraerlo".

De la parroquia de Corvillón se quitaron otros 31 nidos; de la de Castrelo, 29; de Vilariño, 26; de Oubiña, 19; y del centro urbano de Cambados, 11. Marín apunta que el aumento de intervenciones no solo se debe a que haya una mayor presencia de la "vespa velutina" en el entorno, sino también "a que le gente se fija más, y está más concienciada, con lo que en cuanto ve algo sospechoso ya llama".

A estas cifras de Cambados hay que añadirle otras diez colmenas que los voluntarios de la agrupación están pendientes de ir a eliminar, ya que no pudieron hacerlo antes por la Festa do Albariño.

La tónica es similar en Valga y los demás municipios del área de influencia del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Valga, que son los de Pontecesures, Catoira, Portas y Caldas de Reis. Según los datos aportados por José Manuel Otero, "Caamaño", que es el presidente de Protección Civil de Valga, el GES destruyó el año pasado 26 avisperos en Valga; 18 en Caldas; 11 en Catoira; 16 en Portas; y 6 en Pontecesures.

En lo que va de ejercicio, en cambio, esas cifras se han disparado en varios municipios. En Valga ya van 55 colmenas retiradas; en Catoira, 26; en Pontecesures, 4; en Portas, 13; y en Caldas, 2. "En algunos municipios han bajado las intervenciones porque también retiran las agrupaciones municipales de Protección Civil", explica Otero.

Por parroquias, y ciñéndose al municipio de Valga, las más afectadas son las de Cordeiro y San Miguel, con 17 y 16 avisperos destruidos, respectivamente. En Xanza, el GES con sede en Valga quitó 9; en Setecoros, 8; y en Campaña, 5.

Asimismo, en la última semana se han producido dos accidentes de personas que estaban retirando nidos de velutina. Uno fue en Ribadumia el domingo, después de que un hombre se cayese de espaldas desde un árbol, a una altura de entre seis y ocho metros. El otro fue el martes en Ourol (Lugo). Dos voluntarios de Protección Civil fueron atacados por un enjambre, y tuvieron que recibir el antídoto del veneno. Uno de ellos sufrió hasta 17 picaduras.

Trampas eléctricas

La Asociación Galega de Apicultura (AGA) promociona estos días entre sus asociados una trampa eléctrica. Se compone de unos hilos de acero inoxidable con una separación de dos centímetros que permite pasar a las abejas, pero no a la velutina. El sistema se puede colocar lejos de las viviendas, pues se alimenta de un dispositivo con seis placas solares diseñado por Miguel Ángel Meizoso Maroño.

La asociación considera que los productores de miel tendrán que tomar un papel más activo en la lucha contra la avispa invasora, al considerar que la administración no está llevando a cabo "una actuación decidida". Por ello, la campaña actual se denomina "Faino ti