Los niños y niñas de entre 5 y 14 años que participan de lunes a viernes en las sesiones de la escuela de verano de Valga cerraron su primer mes de campamento con una semana llena de actividades lúdicas y didácticas.

En primer lugar, los más pequeños pudieron contactar con la naturaleza recorriendo un tramo del Camino Portugués que pasa por Valga con destino a Santiago. Los pequeños peregrinos recorrieron un tramo de la ruta entre O Pino y San Miguel en una salida que pretendía dar a conocer a los niños distintos lugares del municipio y hacerlos formar parte de una de las actividades más simbólicas de la tierra gallega.

Durante la semana, los asistentes a la escuela tuvieron una jornada de seguridad de la mano de efectivos de Protección Civil y del Grupo de Emergencias de Valga, que explicaron a los niños algunas pautas que les pueden ayudar a salvaguardar sus vidas, además de mostrarles algunos de los materiales y herramientas con las que trabaja el personal de emergencias a diario.

Los niños vieron por dentro un hospital de campaña y se acercaron a uno de los vehículos de extinción de incendios, tanto forestales como urbanos, con los que cuentan los servicios de emergencias de Valga y que en este caso cuenta con capacidad para albergar hasta 3.500 litros de agua.

Sin embargo lo más llamativo para los pequeños fueron las demostraciones sobre el rescate de personas heridas en accidentes de tráfico. Los efectivos sorprendieron a los niños realizando cortes en la carrocería de un coche y rotura en los cristales de las lunas, además de demostrarles como liberar al accidentado del cinto de seguridad obligatorio. Los pequeños también recibieron instrucciones sobre cómo actuar en caso de caer al agua dentro de un coche.

Esta jornada sobre seguridad dio paso a otra de las citas más esperadas por los pequeños: el taller organizado por la Xunta de Galicia "La ciencia es divertida", que alternó el relato de cuentos con la realización de experimentos científicos como la creación de una lámpara de lava o como hinchar un globo con vinagre y bicarbonato. Estas actividades consiguieron asombrar a los pequeños y les permitieron descubrir, de forma lúdica, como la ciencia está presente en sus vidas.