Las calles de Vilagarcía cada vez tienen más tráfico. Y es que el parque móvil de la ciudad lleva tres años consecutivos creciendo, llegando a rebasar por primera vez en la historia la barrera de los 18.000 turismos, es decir, uno por cada dos habitantes. Así, el año pasado se registró el mayor incremento de coches desde el estallido de la crisis -354 exactamente-, al pasar de los 17.701 en 2015 a 18.055 en 2016, según los datos que maneja el Instituto Galego de Estadística (IGE).
A esta cifra de automóviles hay que sumarle la de la población flotante que se desplaza a trabajar a la capital arousana y la de los turistas, que en este mes de agosto abarrotan el municipio. Por tanto el tráfico real todavía es mayor que el que reflejan las estadísticas.
Evidentemente el repunte en el parque automovilístico de Vilagarcía lo explican las matriculaciones, que tras años en caída libre, han vuelto a despuntar hasta las 552 -de turismos-, aproximándose a niveles del año 2010.
Si aparte de los coches tenemos en cuenta el resto de vehículos, la tendencia también es al alza, tanto en camiones y furgonetas, como en motocicletas (también en otros minoritarios, como autobuses y tractores). En total, en el municipio vilagarciano están censados 23.824 vehículos, medio millar más que en 2015. Se trata del volumen más elevado desde al menos las dos últimas décadas.
En el caso de los camiones y furgonetas, se contabilizan 2.976, apenas una veintena más que el ejercicio anterior. Donde se aprecia un aumento importante es en la flota de autobuses, al pasar de 33 a 40 en solo un año. En lo que respecta a las motos, ya se aproximan a las 2.000 (1.976 concretamente, frente a las 1.930 de 2015). El parque se completa con 112 tractores industriales y 665 remolques, semirremolques y vehículos especiales. En ambos casos el aumento es mínimo.
El gobierno local, consciente de la importante afluencia de tráfico que concentra el corazón de la ciudad y que en horas punta trae de cabeza a los conductores, ha llevado a cabo distintas medidas encaminadas a mejorar la circulación.
Una de ellas es la apertura de aparcamientos disuasorios -de acceso completamente gratuito- en distintas zonas del casco urbano pero fuera del centro, como por ejemplo los de O Piñeiriño, A Escardia o Carril. También prevé habilitar dos estacionamientos en A Torre. Otros que ya funcionan desde hace años son los de Fexdega y la zona TIR y O Ramal.
El sistema que sigue el ejecutivo vilagarciano para lograr los terrenos es el de una cesión temporal por parte de los propietarios a través de la firma de un convenio. A cambio del uso provisional de las fincas, el Concello les compensa con una cuantía económica que equivale al importe del recibo del IBI. Además, Ravella se encarga de limpiar la maleza.
Aparte de incrementar las plazas de aparcamiento en el municipio, esta medida también busca reducir el tráfico en el centro de Vilagarcía.
Peatonalizar
El gobierno de Varela apuesta por continuar peatonalizando calles para dar prioridad a los viandantes y reducir el uso de los vehículos privados. Los proyectos que están en marcha son la peatonalización completa de la Praza de Galicia y dos de las tres calles de la Praza da Independencia, lo que supondrá un cambio importante en la circulación del epicentro del municipio.
Para fomentar la utilización del transporte público, la concejalía que dirige Paola María Mochales ha puesto en marcha el "Vaibús!", un abono de 20 euros que permite al viajero circular durante todo el mes en los autobuses urbanos. Durante sus primeros meses de implantación ha tenido una buena acogida.
En relación a la bicicleta, está en funcionamiento el sistema de préstamo denominado "Vaibike!". Para ver más carriles bici todavía habrá que esperar, pues el alcalde, Alberto Varela, se ha comprometido a ampliar hasta Carril el carril bici del paseo marítimo de Vilagarcía, si bien lo hará en una segunda fase, después de que Costas sustituya todo el enlosado del paseo.
Por último, otra de las iniciativas que puede ayudar a rebajar la densidad de la circulación en el centro de Vilagarcía es la implantación de la "zona 30". Así, desde principios de junio en varias calles del casco urbano y también en Carril y Vilaxoán no se puede circular a más de 30 kilómetros por hora. Es un paso más para la humanización de la ciudad que persigue el regidor socialista.
