Los trabajos de limpieza que está ejecutando Parques Nacionales en Cortegada van mucho más allá de la búsqueda del altar de la ermita, que ha tenido final feliz. Así, también se han retirado los restos de vegetación, incluidos algunos árboles de pequeño porte, que habían crecido entre las piedras de la construcción religiosa, y que, de no retirarlas, podrían dañarla con el paso de los años.

También se ha hecho una poda en altura de los plátanos que rodean la edificación, dado que algunas de sus ramas ya amenazaban la parte superior de la construcción.

Y José Antonio Fernández avanza que se quiere hacer más, "aunque tenemos que ir poco a poco, y lo primero es consolidar lo que hay". En este sentido, señala que se han numerado las piedras retiradas durante la búsqueda del altar con la esperanza de poder recomponer en un futuro parte de la cubierta de la capilla. También se va a intentar sacar a la luz el enlosado existente en el atrio de la capilla.

"Se han hecho unas catas, y sale piedra. Quizás una parte del enlosado se haya perdido porque la gente se llevó la piedra, pero aún quedan restos a una profundidad de entre 30 y 40 centímetros", revela el director conservador.

Sobre el hecho de que hayan coincidido en el tiempo la localización del altar y la efemérides del San Fidel, Fernández Bouzas aclara que "ha sido una casualidad no buscada en absoluto".