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La licitación del mobiliario ralentiza las obras de la plaza de abastos de Vilagarcía

El importe obliga a convocar concurso - Los placeros: "Hace un mes que aquí no trabaja nadie" - Ravella afirma que las cámaras están contratadas y que se acabará en plazo

El presidente de la asociación de placeros, Juan Carlos López, junto a las obras. // Noé Parga

El proceso de licitación del nuevo mobiliario de la plaza de abastos de Vilagarcía ha provocado un paréntesis en el desarrollo de las obras de remodelación del edificio. Los vendedores aseguran estar preocupados por la falta de actividad que observan desde hace aproximadamente un mes. "Una parte de la obra está acabada, pero no sabemos qué pasa con las cámaras frigoríficas que hay que instalar para poder empezar con el derribo de la otra zona", expresa el presidente de la asociación de placeros, Juan Carlos López.

Desde el Ayuntamiento aseguran que "no hay ningún problema" con las obras y garantizan que "acabarán dentro del plazo estipulado por la subvención, que es a 31 de diciembre de 2017". No obstante el Concello intentará que se terminen antes.

El motivo del parón de los trabajos responde a la licitación del mobiliario, pues, aunque las cámaras frigoríficas ya están contratadas -afirman portavoces oficiales de Ravella-, el resto de mobiliario (vitrinas, muebles para el bar, carnicerías y tienda de congelados) debe sacarse a licitación mediante concurso público debido a que el importe supera la cantidad estipulada para poder hacerlo mediante un procedimiento de invitación a empresas, que sería más rápido.

Fuentes municipales explican que los pliegos del concurso ya están redactados y que se encuentran en fase de informe técnico y fiscalización de Intervención. Es decir, que el proceso está en marcha.

La parte ya reformada debe dotarse de mobiliario para que puedan iniciar allí su actividad los placeros que el año pasado fueron trasladados a otra zona del edificio que es objeto de derribo en el proyecto de remodelación del mercado.

Una vez resuelto el concurso y los muebles colocados, los placeros podrán instalarse en la parte nueva y por tanto podrá reanudarse la obra con la demolición del emplazamiento provisional, es decir, la nave que une el inmueble principal y el de la verdura -que se conserva- para construir una entrada por la fachada oeste.

La recuperación de esta fachada, similar a la que da a Alexandre Bóveda, permitirá instalar ahí el acceso principal al ala oeste del edificio cuando la otra esté cerrada. Y es que en la planta superior se dedicará a uso hostelero, con degustaciones, cursos de cocina y otras actividades.

Se construirá un ascensor que una las dos plantas y se conservará la escalinata principal, la fuente original y unas escaleras laterales, mientras que otras se transformarán en una rampa para mejorar la accesibilidad al ala oeste, que seguirá quedando al nivel actual.

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