Las bombas resonaron en Carril a partir de las 12.00 horas anunciando la llegada de una de las fiestas más esperadas de la parroquia: la de Santiago Apóstol. Con ellas, más de un centenar de vecinos, entre ellos muchos niños, salieron a las calles para disfrutar del desfile de cabezudos y gigantes, bailar una charanga o, simplemente, tomar un vermú en la repleta Plaza da Liberdade con vistas a la excepcional isla de Cortegada.
El buen ambiente reinó a lo largo del día y de la noche gracias a los vecinos que se acercaron a la zona y a los grupos musicales que amenizaron la celebración tanto en la plaza central de la parroquia, como en las diversas calles por las que se iban desplazando.
La charanga Noroeste y el grupo de gaiteiros Airiños de Carril marcaron el ritmo a los tradicionales gigantes y cabezudos, a quienes acompañaron en un recorrido de mañana y otro de tarde por las calles principales de la parroquia. Atraídos por la música y los bailes, no es de extrañar que decenas de vecinos salieran a las calles dispuestos a desfilar con este particular y divertido grupo. En especial los niños de la zona que, aprovechando las vacaciones de verano, pudieron perseguir y jugar con estos entrañables personajes.
Entre vuelta y vuelta, los cantantes, gigantes y los propios vecinos se iban parando en distintos bares de las calles más céntricas para descansar e hidratarse bien por el tremendo calor que soportaba Carril a la hora del mediodía.
Esta necesidad de descansar se hace aún más latente para los encargados de transportar los gigantes, debido a la temperatura concentrada en el interior del armazón y al peso de la figura. "Normalmente somos ocho para ir alternando y que dos descansen todo el tiempo, pero este año somos los justos" revela el carrilexo Luis Vidal. Sin embargo, ese peso es compensado por los ratos de descanso y por la tradición de los bares de la zona de invitarlos a tomar algo allí donde paran.
Los gigantes acompañaron a la Escuela de Baile Malveiras/Gato Negro de Carril en un tradicional baile a partir de las 21.00 horas, tras el cual se inició una verbena popular amenizada por los grupos Cañón de León y Canela.
Con este gran ambiente diurno y nocturno, no es de extrañar que el acceso a Vilagarcía por la zona de Carril registrase numerosos atascos a lo largo del día. Cabe recordar que la celebración de las fiestas deja consigo diversos cortes de tráfico en calles concretas de la parroquia y el cierre de aparcamientos en zonas como la Alameda y la parte trasera de la lonja, donde se instalaron las atracciones.
Gigantes centenarios
El tiempo pasa, pero no para los gigantes y cabezudos que recorren cada año las calles de Carril en la celebración en honor al Apóstol Santiago. Estos personajes están exactamente igual que el primer día, a pesar de que han pasado más de 200 años desde que esta tradición se arraigó a la parroquia arousana.
Desde entonces, los carrilexos no han dejado de pasear estos gigantes centenarios durante las celebraciones más destacadas de la localidad, la del Apóstol y la de San Fidel, quien recibirá este domingo 30 de julio una celebración especial por su 200 aniversario. "Al principio solo salían por el Apóstol pero alrededor de 1900 empezaron a sacarlos tambien por San Fidel" asegura el carrilexo y marinero, Guillermo Fernández.
Se trata de una tradición incuestionable que los vecinos de la parroquia llevan en la sangre y transmiten de generación en generación.
"Es un sentimiento inexplicable, nunca he faltado a una fiesta del Apóstol en Carril. Era el año 1965, estaba haciendo el Sevicio Militar en Madrid y le pagué 500 pesetas a un compañero para que me hiciera la guardia y poder venir" indica Gregorio Bouzas Meaño, hijo del que fuera director de la tradicional Danza das Espadas que se celebra hoy en honor al Apóstol y padre del actual director.
"Forma parte de nuestro ADN" asegura el carrilexo Luis Vidal, quien a pesar de tener poco más de 40 años de edad lleva más de 20 soportando el peso del Rey gigante a sus espaldas. A él se unen la Reina, el Enanito de las Uvas, el Papamoscas, la Negrita y la Maruxa, una gigante mucho más joven que sus compañeros. Esta última fue realizada hace poco más de cinco años por el carpintero de la zona Manuel Bóveda, quien además ha sido el encargado de restaurar el resto de personajes en las últimas décadas.
La rehabilitación de los gigantes ha sido una constante a lo largo de sus más de 200 años de historia, un trabajo necesario si se quieren conservar en tan buen estado como del que gozan ahora. "Alrededor de 1969 dos de los gigantes tuvieron un incidente grande en la botica de la zona y tuvieron que ser profundamente restaurados por Jaime Cores y Santiago Fernández, quien es mi padre. Ambos recolectaron el dinero y llevaron a cabo la restauración" asegura el carrilexo, Guillermo Fernández. Por suerte para los vecinos de Carril, este incidente no fue suficiente para acabar con unos gigantes que ya son invencibles.
