La parroquia vilanovesa de Baión, de la que es natural Martínez Señoráns y donde está ubicada su empresa de referencia, se encuentra a tan solo unos kilómetros del pazo de Lantaño. Allí tuvo lugar un suceso similar en febrero de 2015, aunque en aquella ocasión, la víctima fue un conocido empresario de la construcción que fue sorprendido junto a su mujer, una hija y un nieto de corta edad. El suceso recuerda mucho a aquel, ya que también fue un grupo de encapuchados el que accedió a la vivienda, sin importarles que estuviesen sus propietarios en el interior.

De los responsables de aquel asalto no se supo nada hasta más de un año después, cuando se localizó en la cárcel de Málaga a un individuo de origen colombiano, propietario de un vehículo cuya matrícula coincidía con uno de los coches que habían observado los vecinos rondando por la zona.

Wilmer F. L. tuvo que pasar por la Audiencia Provincial de Pontevedra para asistir al juicio en el que era el único acusado, ya que nunca se logró identificar al resto de asaltantes. El colombiano fue condenado a cuatro años y 10 meses de prisión, una pena muy inferior a la que solicitaba la Fiscalía, que reclamaba 16 años y ocho meses de cárcel por los delitos de robo con violencia y secuestro. Para su implicación en los hechos resultaron claves los restos de ADN hallados en una de las bridas con las que ataron y amordazaron a las víctimas.