La playa de Vilarello, en Valga, acogió durante la tarde de ayer una nueva edición de su capea, el acto central de la Festa da Xuventude. La organización animalista Libera recogió firmas durante los últimos meses para solicitar la suspensión de la suelta de las vaquillas, y las alusiones a esa campaña estuvieron presentes en muchas conversaciones y en el propio acto en sí. Durante el paseíllo -una sátira con mujeres disfrazadas de andaluzas, hombres de toreros o con el atuendo típico de los encierros de San Fermín y hasta un árbitro de fútbol- los participantes portaban unos cartones escritos en los que se leían frases como "non son machista, non somos maltratadores, non son político, só teño sentido do humor".

"Los animalistas no vienen aquí, no saben lo que es. Primero tendrían que venir y ver, y después opinar", sostiene José Baleirón, "Pepe de Barcia", un hombre que se disfraza de torero con falda y que salta a la arena en la parte final de la capea. Su intervención, y la de su compañero Juan García, "Messi do toreo" es una de las partes más divertidas y aplaudidas de la capea. Este último afirma que "aquí no se le toca a la vaquilla para nada, al contrario. Si alguien lleva golpes, somos nosotros". "La gente confunde toros con vaquillas, y toreo con capea", remacha Pepe de Barcia.

La tarde comenzó con las finales de las Olímpiadas de Aldea, que se iniciaron el sábado por la tarde, y que constaron de competiciones de fútbol, brilé, "xirarei" o esquís cooperativos. En categoría femenina, el equipo ganador fue el de Forno, mientras que en hombres los de Vilarello han sido los que más medallas acumularon.

Pasaban unos minutos de las 18.30 horas cuando hicieron acto de presencia en la pequeña plaza del área recreativa de la playa fluvial de Vilarello los dos recortadores llegados con la ganadería castellana que aportaba las vaquillas. Y con sus saltos acrobáticos, sus requiebros en los que se salvaron por centímetros de una cornada y sus carreras en pos de la seguridad de los burladeros arrancaron los primeros aplausos del público. Aunque quienes más hicieron reír a los presentes fueron los improvisados recortadores y "toreros" locales, algunos de ellos ataviados con minifaldas. No faltaron las caídas ni los sustos, aunque según Protección Civil la jornada terminó sin incidencias de consideración.

La tarde concluyó con una demostración de doma de caballos, a cargo de una ganadería de Valladolid, que el público contempló con asombro.