Mediante los seguimientos realizados, se comprobó que los jóvenes recorrían a pie zonas poco transitadas de Cambados y Meaño en busca de coches con las puertas abiertas. Cuando encontraban alguno, accedían a su interior y se apoderaban de dinero, bolsos o teléfonos móviles. Se calcula que entraron en 28 coches de este modo. Una de las zonas donde más actuaron fue en las inmediaciones de O Sarrido, donde dejan aparcados sus coches las mariscadoras. En un vehículo se hicieron con un botín de 1.100 euros. También tenían controlados a los repartidores del pan, y aprovechaban los pocos minutos que se ausentaban en un lugar determinado del vehículo para entrar y coger el dinero de la recaudación o los teléfonos. Asimismo, se les atribuye el robo de una furgoneta que estaba aparcada en Dena. Tras desvalijar todas las herramientas que llevaba dentro, la quemaron en Sanxenxo para no dejar pruebas.

Igualmente, les atribuyen robos en estaciones de autobuses o zonas poco transitadas donde estos aparcan de Cambados, Meaño y Sanxenxo. Entraban en los vehículos tras accionar el mecanismo exterior de emergencia que abre las puertas, y una vez dentro se hacían con los objetos personales de los turistas o con la recaudación en el caso de los autobuses de líneas regulares.

La investigación permitió también recuperar cinco ciclomotores que fueron sustraídos a finales de 2016 y principios de este año en Cambados y Vilanova. Según la Guardia Civil aprovechaban los descuidos de los dueños cuando los dejaban cerca de las casas sin candado. Además, se les atribuye el robo de siete bicicletas, que vendieron a terceras personas. La mayoría fueron recuperadas y devueltas a sus propietarios, a pesar de que algunas habían sido pintadas de nuevo para pasar desapercibidas por la calle.