Varios marineros del xeito y trueleiros de A Illa de Arousa consiguieron rescatar en la madrugada de ayer, sobre las 2.00 horas, una tortuga de considerables dimensiones, tras quedar atrapada en las cuerdas de una batea próxima a la isla de Bensa, en Cabo de Cruz.

El animal fue localizado por un trueleiro, Manuel García, que caminaba en ese momento por encima de una de las bateas en las que están autorizados cuando oyó unos ruidos extraños.

Temiendo que pudiese ser una persona, García se asomó y se llevó una de las sorpresas de su vida, al encontrarse con una tortuga enorme (calcula que sobre unos 200 kilogramos de peso) que era incapaz de desasirse de las cuerdas de batea en las que había quedado atrapada.

Tras la sorpresa inicial, García alertó "a otros compañeros que estaban trabajando en la zona y a un barco del xeito que pasaba por allí, y entre los cuatro nos pusimos a ver como podíamos hacer para desatarla". Reconoce el marinero isleño que "pensé en llamar a la Xunta, pero las horas no invitaban a ello, y si no actuábamos de inmediato, acabaría muriéndose, así que nos lanzamos todos a tratar de sacarla de esa situación".

La acción les llevó casi una hora ya que el galápago "se encontraba demasiado enredado y el animal estaba muy nervioso por la situación y por nuestra presencia".

Durante esa hora trataron de calmar al animal y evitar que se hiciese todavía más daño al enredarse en las cuerdas. Poco a poco, y con la ayuda de las linternas y utensilios del barco, lograron el objetivo que perseguían.

Cuando consiguieron rescatarla, el animal "huyó hacia el fondo y no volvimos a verla; en principio, no parecía tener nada grave, más allá de raspones y algún golpe en la cabeza", explica el marinero isleño.

Con más de una década trabajando en el mar a sus espaldas, García reconoce que "nunca había visto una tortuga así nadando por la ría de Arousa, aunque recuerdo que, cuando era un niño, apareció una en la playa de O Furado, pero ésta era bastante más grande".