Bruno Díaz López, director del BDRI, señala que "lo de introducir aparatos acústicos con los que asustar a los delfines, no funciona".

Tanto por su propia experiencia como a tenor de las publicaciones científicas existentes, declara que "se trata de una cortina de humo que se vende para que ganen dinero las empresas que los suministran a costa de los pescadores que están desesperados".

Pero insiste en que "está científicamente demostrado" que esos repelentes acústicos "no sirven para esta especie, porque son animales con una gran inteligencia y una señal de este tipo los puede asustar en el primer momento, pero inmediatamente van a encontrar el modo de robar el pescado de las redes; por mucho aparatito que les pongas".