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Una conservera de Ribadumia envasará algas de A Illa con ayuda del "Emprendemar"

El Concello de Cambados hace de puente entre La Brújula y la cofradía isleña -Charlín destaca que el proyecto de los GALP no puede limitarse a los cursos y la edición de guías

Una de las líneas de producción de La Brújula. // Noé Parga

La empresa conservera La Brújula quiere envasar algas obtenidas por los marineros de A Illa. Y lo hará en colaboración con el departamento técnico de "Emprendemar", el proyecto que el Concello y la cofradía de Cambados han presentado al Grupo de Acción Local Pesqueira (GALP) de la ría de Arousa.

La Brújula, que está ubicada en el polígono industrial de Cabanelas (Ribadumia) recibió ayer la visita institucional de representantes de los ayuntamientos de Cambados y Ribadumia, a quienes explicó su proyecto.

El concejal de Promoción Económica, Xurxo Charlín, sostiene que en La Brújula llevan tiempo dándole vueltas al proyecto de crear conservas con algas, tanto como producto principal o único de la preparación como ingrediente acompañante. Hasta que supieron gracias a la prensa de que el "Emprendemar" incluía un curso de cocina con algas que iba a impartir el cocinero cambadés Tonino Botana.

Se pusieron en contacto con el Ayuntamiento, y allí les revelaron que había un pequeño grupo de pescadores de A Illa que están empezando a comercializar alga. El contacto entre La Brújula y el Concello cambadés se intensificó, hasta el extremo de que el "Emprendemar" prestará ahora a la conservera un servicio de "mentoring" en este nuevo proyecto de fabricación de conservas con algas.

Charlín muestra su satisfacción por el hecho de que "el Concello de Cambados pueda ser el puente entre una empresa de Ribadumia y la cofradía de A Illa", y plantea que esta iniciativa es positiva también "porque 'Emprendemar' no se va a limitar a organizar cursos de formación y a editar guías".

La Brújula tiene sus instalaciones en la antigua nave de José Peña. La puesta a punto de la fábrica supuso una inversión de unos cinco millones de euros, y ha supuesto la creación de una de las factorías más modernas de la comarca, con un almacén completamente robotizado, laboratorio propio -con lo que gran parte de los ensayos que otras empresas tienen que realizar fuera, ellos pueden hacerlos en la misma fábrica- e incluso un cocinero ejecutivo que trabaja sobre las 4.000 recetas que la firma posee y sobre otras nuevas.

La empresa exporta sus productos a 27 países y cuenta con unos 35 trabajadores, aunque en las épocas de mayor producción pueden llegar a superar los 120. Durante la jornada de ayer estaban preparando lotes de ventresca de atún.

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