La campaña de pesca del centollo agoniza en Galicia. La actividad quedará prohibida el día 17 y ya no volverán a largarse los miños para capturar este recurso hasta el 12 de noviembre. Se pone por tanto el punto final a una temporada francamente positiva para los intereses de la flota de enmalle, con unos ingresos superiores a los 3,5 millones de euros; a falta aún de incorporar los datos correspondientes a los últimos días de actividad.
Es cierto que se capturó menos producto que en la anterior edición, pero como se ha explicado en varias ocasiones durante los últimos meses las cotizaciones han sido muy importantes en las lonjas gallegas, de ahí que la relativa escasez de crustáceo se compensara con unas tarifas más elevadas.
Para entenderlo mejor puede decirse que en la campaña anterior, entre noviembre de 2015 y principios de junio de 2016, se ingresaron también 3,5 millones de euros por la venta de casi 330 toneladas de producto; mientras que desde noviembre de 2016 hasta la actualidad se consiguieron también los citados 3,5 millones de euros, pero en este caso con la subasta de 74 toneladas menos de mercancía.
Hay otros datos que permiten concluir que la actual es una "positiva campaña para el centollo y la flota de artes menores", como la define el patrón mayor de O Grove, Antonio Otero. Puede decirse igualmente que los 3,5 millones ingresados esta vez están muy por encima de los 2,8 millones conseguidos entre noviembre de 2014 y principios de junio de 2015; al igual que superan claramente los 2,2 millones de la campaña del centollo 2013-2014.
Pero para quedarse solo con lo que está dando de sí la pesca del "rey de los mariscos" en la presente campaña, hay que decir que en la recta final de 2016 se subastaron en las lonjas 162 toneladas por importe de 2,2 millones de euros, correspondiendo la cantidad restante a los cinco primeros meses de 2017.
Como es lógico, el mejor momento para este crustáceo y la flota que se dedica a su captura son los dos últimos meses de cada año, por aquello de levantarse la veda y dispararse los precios con motivo de las fiestas navideñas.
Sucede en puertos como O Grove, que esta vez no fue el de mayor volumen descargado -ese honor correspondió al de A Coruña-, pero sí volvió a ser el de mejores cotizaciones por esta especie. En este caso se despacharon más de 23 toneladas en noviembre y diciembre, por importe de 460.000 euros, rondándose las 15 toneladas (264.000 euros) en lo que va de ejercicio.
Aún vendiendo menos, la rula meca comparte liderazgo con la coruñesa en cuanto a importe total, pues dado que se considera que el centollo grovense es mejor también se paga más caro. De ahí que el precio máximo alcanzara los 45,50 euros a finales de 2016 y los 40 euros en este 2017. En el caso del puerto coruñés hay que hablar de 76 toneladas y 747.000 euros.
Donde también tiene un peso destacado el centollo es en Ribeira, con 34 toneladas y 477.000 euros; en Burela, que supera las 27 toneladas y los 310.000 euros; Cambados, con 16 toneladas de centollo por importe de 323.000 euros; y Vigo, que superó las 12 toneladas y obtuvo por este recurso 192.000 euros después de marcar un tope de 55 euros por kilo.
Incluso puede hablarse de Bueu, con cinco toneladas y 82.000 euros; Muros, que con unas descargas similares consiguió 48.000 euros; y Cangas, también con cerca de cinco toneladas que supusieron una recaudación en primera venta de 77.000 euros.
