Sergio Rañó, de 42 años, ya recibió el alta médica en el Hospital Clínico de Santiago, aunque ayer tuvo que acudir al centro de salud y tendrá que seguir recuperándose de sus lesiones. Lo que más le duele no es físico, sino mental, pues se trata del conductor del camión contra el que se empotró el jueves el coche en el que viajaban Fernando Pérez Collazo y Susana Escobar Pérez, ambos fallecidos en el acto.

Y además el conductor del camión conocía a las víctimas, especialmente al piloto, ya que como se explicaba ayer ambos son naturales de la parroquia rianxeira de Asados, y puede decirse que prácticamente crecieron juntos.

De ahí que no pueda sorprender que Sergio Rañó se muestre abatido. Ayer, mientras accedía al centro de salud, acertaba a explicar a FARO: "Ya recibí el alta en el hospital pero aún estoy dolorido; aunque lo que más sufro es el daño psicólogo, porque además conocía a Fernando".

Aunque las primeras informaciones policiales indican que fue el conductor del turismo el que invadió el carril contrario y se empotró frontalmente contra su camión, Sergio Rañó prefiere no decir nada a este respecto y se remite a lo que digan finalmente los atestados policiales.

En realidad no quiere recordar nada porque "lo que tengo que intentar ahora es reponerme del golpe y, sobre todo, olvidar todo esto poco a poco".

Sabe que le resultará muy complicado, ya que son muchos los recuerdos y las vivencias. Asados es una parroquia pequeña donde todos se conocen, sobre todo si se trata de personas de la misma edad. De ahí que Sergio Rañó y Fernando Pérez coincidieran en fiestas y, a buen seguro, vivieran momentos de billar en el "bar de Sito", la cafetería Atalaia, situado al lado de la casa del conductor del camión y muy cerca de la vivienda del fallecido.

Hay que recordar que el accidente se produjo al filo de las dos de la tarde del jueves, cuando Fernando Pérez y su esposa Susana Escobar se dirigían a Santiago de Compostela. Afortunadamente antes de partir desde Rianxo habían dejado a su hijo Héctor, de solo tres años, en compañía de un familiar. Su turismo, un BMW Serie 3, se empotró con el camión y quedó envuelto en llamas.