El escribano palustre ( Emberiza schoeniclus), es una especie que en la comunidad gallega encuentra en los carrizales y/o humedales del bajo Ulla uno de sus últimos refugios.

Según la Sociedad Española de Ornitología (SEO) esta especie ha podido verse afectada por la destrucción y/o deterioro de los hábitats de reproducción debido a la desecación de zonas húmedas o el cambio en la gestión de los carrizales, por lo que desde hace años defiende medidas de preservación como la protección de dichos ecosistemas, la realización de estudios detallados sobre las poblaciones reproductoras, el estudio de los factores que limitan sus poblaciones y la redacción de un plan de acción nacional.

La Xunta de Galicia es consciente de la difícil situación de la especie y de que las principales amenazas para el hábitat son "todas las que incluyen la destrucción, degradación o fragmentación del mismo, principalmente la intensificación del trabajo agrícola y los cambios en la gestión de los cañaverales, las cortas de la vegetación en épocas sensibles, la urbanización y las vías de comunicación".

A lo que hay que añadir que entre los impactos causantes del declive del escribano está "una elevada tasa de depredación en los nidos favorecida por la fragmentación de su hábitat, ya que la probabilidad de depredación desciende con el incremento de la cobertura de la vegetación".

Eso sin olvidar otras posibles alteraciones directas quizás de menor trascendencia, "como son las molestias en época de reproducción (abril-junio), los cambios en el nivel de las aguas (asociados a los efectos del cambio climático) y los factores intrínsecos asociados al pequeño tamaño de la población".

De ahí que hace cuatro años la Consellería de Medio Ambiente lanzara un plan especial para proteger al escribano, como desde entonces se hace con otro pájaro mucho más popular en la comarca, el chorlitejo patinegro o "píllara das dunas".

En el caso del escribano, del que nunca más se supo -en lo referido a la situación de la especie o la evolución del plan diseñado-, la Administración autonómica alertaba en mayo de 2013 sobre el deterioro o abandono de los cultivos tradicionales y el corte de vegetación en periodos de cría, siendo éstas las amenazas principales.

De ahí la redacción del plan de recuperación, tratando con ello de "aumentar el tamaño de la población hasta duplicar la actual, fomentar la colonización de humedales de reproducción y concienciar a la sociedad".

La propuesta se antojaba sumamente necesaria, sobre todo teniendo en cuenta que debido al declive poblacional y al reducido tamaño de la población actual de la subespecie lusitánica del escribano palustre, éste aparece catalogado en el anexo I del Decreto 88/2007 en la categoría "en peligro de extinción", reservada a las especies "cuya supervivencia es poco probable si los factores causantes de su actual situación siguen actuando".

Así las cosas, para tratar de salvar al escribano mediante dicho proyecto de preservación se anunciaban actuaciones concretas en la ensenada del Miño, Lagoa Frouxeira, marismas de Baldaio y Outes, Lagoa de Carregal (Parque Natural de Corrubedo-Ribeira) y, precisamente, en los carrizales del río Ulla.

Y no se trata de una actuación menor, sino que para invertir la tendencia demográfica regresiva de la subespecie lusitánica del escribano palustre en Galicia se planteaba limitar de manera significativa su riesgo de extinción en un horizonte temporal de nada menos que veinte años, buscando su recuperación en las zonas de reproducción conocidas que se perdieron y tratando de garantizar la existencia de una población reproductora superior a 112 parejas.

Para ello se contemplaron acciones específicas como fomentar la colonización de humedales de reproducción de la subespecie que se perdieron y mantener en un estado de conservación favorable todos aquellos en los que aún esté presente el pájaro.

Medio Ambiente también se propuso "aumentar el conocimiento de la dinámica y viabilidad de los núcleos poblacionales, de la biología reproductiva y de los factores que determinan el declive de la población, para un mejor ajuste de las acciones de conservación de la subespecie".

Eso sin olvidar la realización de un seguimiento y evaluación de las medidas adoptadas o la creación de un fondo documental de apoyo a la gestión e investigación de esta subespecie.

Todo ello complementado con labores de información y concienciación con las cuales "hacer partícipe a la sociedad de la problemática de conservación del escribano palustre y de los esfuerzos para su recuperación"; tarea, dicho sea de paso, que sí se hizo notar en los últimos años con el chorlitejo patinegro, no así con el pájaro de los carrizales del Ulla.

Paralelamente la Consellería de Medio Ambiente introdujo una serie de restricciones, por ejemplo obligando a obtener un informe favorable de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza en caso de pretender abrir o modificar carreteras, pistas o caminos en zonas donde esté presente el escribano.

El mismo informe favorable es preciso para la construcción de infraestructuras, para la realización de actividades deportivas y recreativas a motor e incluso para la realización de repoblaciones forestales.

De igual manera, en las áreas prioritarias de conservación se requiere de la autorización de la Dirección General competente para la corta de formaciones de vegetación palustre y para el aprovechamiento ganadero de formaciones de vegetación palustre.