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Los alumnos hacen el último esprint para la selectividad

Profesores y estudiantes se enfrentan a la nueva prueba con la presión añadida por los cambios de última hora

Estudiantes de bachillerato preparando los exámenes de selectividad en la biblioteca municipal Rosalía de Castro. // Noé Parga

Alumnos de toda la comarca de O Salnés realizan estos días el último esfuerzo para las pruebas de acceso a la universidad que se avecinan. Los profesores del IES Castro Alobre explican que éste ha sido un año complicado para todos debido a los cambios llegados desde la administración, sobre todo en asignaturas como Historia. La cantidad de material a memorizar ha obligado a los estudiantes a hacer un esfuerzo titánico, y "si a eso sumamos la incertidumbre de no saber cómo era el formato del examen en algunas asignaturas, la preocupación aumenta", señala Rosa María Barreiro, profesora de 2º de Bachillerato de Historia de España en el IES Castro Alobre de Vilagarcía. En su asignatura el caos ha sido tal que "hemos tenido que explicar, desde la Prehistoria hasta la actualidad, un montón de información, porque no sabíamos a qué debíamos atenernos, y al final han decidido que solo entra la etapa actual". A este respecto Barreiro indica que les queda el consuelo de que hay una generación muy responsable y muy preparada, y que probablemente apruebe sin problemas.

Por su parte, el profesorado del departamento de Lingua Galega muestra su indignación por no haber recibido las directrices para las pruebas hasta principios de mayo, en lo que consideran "una falta de respeto y seriedad por parte de la administración", destaca Carme Moure, profesora de Lingua Galega en el mismo centro educativo. Aunque en este caso las normas son las mismas que el año pasado, señalan que "no se puede jugar así con el profesorado y con los alumnos en una etapa tan importante de su formación".

Los docentes apuntan que son demasiados los contenidos a memorizar por el alumnado, señalan que es una contradicción en base a lo que profesa la Ley de Calidad Educativa, "que prima el aprendizaje", explican.

Bibliotecas llenas

Algunos alumnos han optado por estudiar en las bibliotecas municipales, donde se concentran mucho más que en casa. Es el caso de la biblioteca municipal Rosalía de Castro, en Vilagarcía, que durante estos días está más llena de lo habitual. A las seis de la tarde el edificio es un ir y venir de estudiantes cargados de apuntes y libros.

Los alumnos arousanos no ocultan sus nervios ante estos exámenes, los más importantes de su vida hasta el momento, y señalan que "es mucha presión, sobre todo porque hay notas de corte que son demasiado altas", como ocurre en el caso de Medicina, en la Universidad de Santiago, por ejemplo, para la que hay que obtener un 12,278 de media. Es la primera opción de una de las alumnas del IES Castro Alobre, que quiere estudiar Medicina Forense en Santiago, pero que también baraja hacer el doble grado de Derecho Penal y Criminología en Salamanca, donde la nota para entrar es menor. Le dedica unas nueve horas diarias, además del apoyo que recibe en el centro por las mañanas, ya que los profesores les siguen dando clases de repaso. "Se trata de memorizar y entenderlo, no de chapar, o por lo menos eso es lo que yo hago", confiesa, a la vez que asegura que el curso de bachillerato no ha sido fácil para ellos.

La nueva Avaliación de Bacharelato para o Acceso a Universidade (ABAU) al amparo de la Lomce arrancan en Galicia el próximo 7 de junio en las Universidades gallegas, y tendrán una duración de tres días. Los alumnos realizan en estos momentos el esprint final de estudio en su paso a estudios superiores, con la incertidumbre sobre los cambios producidos en las pruebas en la convocatoria de este año, y se preparan para obtener la mejor puntuación posible.

A pesar de que las clases en 2º de Bachillerato ya han terminado, algunos jóvenes siguen estudiando en los centros educativos con el apoyo de sus profesores después de un año "duro", sometidos a la presión añadida por los cambios de última hora llegados desde la administración, y con la desventaja de que los exámenes se hayan adelantado una semana con respecto a la última convocatoria.

Si la Selectividad en si es un trago complicado para los estudiantes, con la mente puesta en llegar a la nota de corte que piden las titulaciones a las que quieren acceder, este curso todos coinciden en que la presión aumentó,debido a la falta de información recibida, lo que obligó a hacer cambios en la programación docente, y ha hecho que los alumnos tuviesen que realizar un esfuerzo mayor.

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