La proliferación de algas en las playas se ha convertido en un problema cíclico en las playas de Vilanova de Arousa, que obliga a las mariscadoras a estar alerta para evitar que acaben con los bancos marisqueros que gestionan.

Desde la semana pasada, las playas de Vilanova han vuelto a cubrirse de verde, por lo que las mariscadoras han hecho varios grupos de trabajo para actuar, mañana y tarde, en la retirada del espeso manto.

En concreto, las zonas más afectadas por las algas son la playa del albergue, en el arenal de As Sinas; O Bote y Castelete. La jornada de ayer no fue una excepción, ya que mientras la mayor parte de mariscadoras faenaba en el arenal de As Sinas, otro grupo designado por el pósito se centraba en retirar la capa del entorno de la playa del albergue, contando con la colaboración necesaria de dos tractores que pertenecen a la cofradía vilanovesa.

La patrona mayor de la Cofradía de Vilanova, María José Martínez Vales, reconocía ayer que "nos hemos visto obligadas a limpiar todos los días, mañana y tarde, si no queremos que, cuando comiencen a pudrirse, acaben matando el marisco de los bancos marisqueros y provoquen que el terreno sea improductivo durante varios años, lo que supondría un importante golpe económico para todas las mariscadoras".

Martínez Vales no duda en asegurar que "la invasión que nos espera este año va a ser muy superior a la que hemos experimentado en los últimos años, por eso nos hemos propuesto a limpiar durante varias semanas a diario, porque no nos queda otra que proteger nuestro sustento de vida".

La patrona quiere dejar muy claro que todas las algas que se están retirando de los arenales, entre ocho y diez tractores diarios, se amontonan "en una serie de depósitos para los que tenemos autorización, con el fin de ser retiradas en un período de tiempo prudencial gracias a una grúa; en absoluto se están utilizando terrenos de la comunidad de montes de San Miguel de Deiro, como se nos acusó desde esta entidad recientemente".

Los trabajos de limpieza de los arenales dos veces al día se van a mantener hasta el próximo lunes, jornada en la que, tras comprobar cual es el estado de las playas se tomará la decisión de continuar o con la misma intensidad o reducir la actividad.

El pósito de Vilanova no es el único que, con relativa regularidad, se ve golpeado por la presencia masiva de algas que la marea arrastra a sus costas. En la vecina Cofradía de A Illa también están acostumbradas a pelear con espesos mantos verdes que amenazan sus bancos marisqueros. De hecho, en los últimos años han tenido que afrontar varias limpiezas muy intensas de zonas como A Sapeira, donde la existencia de la rampa de Cabodeiro provoca que las mareas acaben acumulando un exceso de algas en ese arenal.