El Castro de Alobre es muy singular por varios motivos: por su ubicación en pleno corazón de Vilagarcía y por presentar piezas en un estado de conservación óptimo; por la gran cantidad de metales hallados (más de 250 en la primera fase de excavación) y por albergar parte de estructuras castrexas, también de la época romana, lo que ha permitido ampliar la cronología con la que se trabajaba hasta el siglo III d.C. (desde el siglo II a.C.). Además, los hallazgos (por ejemplo los procedentes de la Península Itálica) demuestran su fuerte vocación comercial. Posteriormente fue un asentamiento propiamente romano.

Para diferenciar sobre el terreno la Edad de Hierro de la época romana, se ha colocado en el yacimiento arena de distintas tonalidades. Y es que las actuaciones en el Castro Alobre están encaminadas a convertirlo en un polo de atracción turística. No obstante por ahora permanece vallado a la espera de que Fomento asuma su parte del convenio -musealización-. En total hay 13 estructuras (cabañas, viviendas).