-Se supone que en los inicios los contactos con los despachos de tan grandes clubes tendrían la puerta mucho más cerrada que ahora. ¿Perciben ustedes que Arousa Fútbol-7 y Vilagarcía ya es un maridaje tenido en cuenta en las zonas nobles de los mejores clubes del mundo?
-Se percibe, porque muchas veces hace años, se nos hacía muy difícil contactar. Hacerlo por vía telefónica o telemática era mucho más complicado. Los contactos que tenemos ahora nos abren muchas puertas. Tenemos contactos que nos dan paso a otros contactos. Nuestro trabajo se ha convertido en una llave maestra en este sentido. Percibimos que un espónsor nuestro como New Balance está realmente contento con el evento y se implica al nivel al que puede llegar. Es un camino de doble vía porque él está contento porque percibe que nosotros nos dejamos la piel en que todo funciones de manera diferente. Por ejemplo viene José Ramón Lete, el actual presidente del CSD, a la clausura, eso quiere decir que se acuerda de tu trabajo. Necesitamos que la gente crea en nuestro trabajo.
-¿Qué es lo que más se teme una vez que arranca el torneo?
-Que las condiciones externas lo desluzcan, sobre todo el tiempo. O que haya lesiones. Que el tiempo acompañe para que los equipos luzcan todo su potencial es básico. Verlos jugar es nuestro rincón del descanso y queremos que nada interfiera en eso. Que todo fluya y que nada reste atención a lo que pasa dentro del campo.
-¿Y su mayor satisfacción cuando termina?
-Las críticas finales son el mejor termómetro. Pero que el sentir general sea "nos vemos el año que viene" es la mayor recompensa. Si para el año que viene somos lo suficientemente locos para seguir haciendo esto, esa gente está esperando que los llamemos para volver.
